El preparador alemán G-Power tiene predilección por modelos BMW, y es precisamente un todocamino de Múnich el último en recibir el 'tratamiento G'. Se trata concretamente de un turbodiésel, el BMW X6 M50d, pero a su favor hay que decir que es el más bruto que ofrece la marca gracias a su motor triturbo, que de serie desarrolla 381 CV y un generoso par motor máximo de 740 Nm.
Para el cliente que quiera un coche más cercano al X6 M de 575 CV, pero manteniendo la motorización diésel y, por tanto, con un consumo de combustible más comedido, G-Power propone un aumento de potencia hasta los 457 CV y un par máximo de 870 Nm, todo gracias a modificaciones en la gestión electrónica del propulsor triturbo. El coche se mantiene con los parámetros de serie hasta que el conductor decide pisar a fondo, y es en ese momento cuando llega toda esa fuerza extra.
Para el cliente algo más sibarita, se ofrece otro módulo electrónico denominado D-Tronik 2 V1 que permite ajustar las características de la ECU de fábrica y personalizar a medida parámetros como la respuesta al acelerador o la entrega de potencia, al gusto particular del comprador. G-Power también ofrece juegos de llantas de 23 pulgadas y eliminar la limitación eléctrónica de velocidad, aunque no ha ofrecido detalles al respecto.