A menudo, cuando en comentarios debatimos sobre los pequeños fabricantes de nuestro país y sobre cómo se pueden buscar la vida entre tanta competencia de grandes grupos automovilísticos, es fácil buscar un reflejo en el ejemplo alemán. Allí, en plena meca europea del motor, han sido varios los pequeños fabricantes que han seguido adelante.
Sin embargo, ya hace tiempo que la situación ha cambiado, para peor. El año pasado referíamos el problema de Melkus y no hace ni un mes hablábamos de Wiesmann. Otros quedaron, al parecer, por el camino, como Artega o Gumpert. No eran los primeros casos ni serían los últimos. 9ff y speedART, preparadores habituales de Porsche, andan en una cuerda más que floja.
Ya lo comentamos cuando hablamos de Wiesmann: los artesanales con bajo volumen de producción, a no ser que tengan un nicho muy consolidado, lo tienen difícil en estos tiempos. Incluso en un país fuerte con Alemania, pero que tiene una gran dependencia del mercado exterior. Por lo que cuentan, speedART se ha declarado como insolvente para preparar su cierre, mientras que 9ff ha presentado suspensión de pagos mientras se reorganiza.
De momento ninguna de las dos firmas ha confirmado los rumores.
La historia de 9ff se remonta a inicios de este siglo, cuando Jan Fatthauer fundó en Dortmund esta empresa volcada en la preparación de Porsche. Lo último que conocimos de ellos fue aquel VMax salvaje de 1.400 CV. Por su parte, speedART lleva desde 1999 ofreciendo todo tipo de preparaciones de la marca de Stuttgart. Una de sus recreaciones más recientes fue el SP91-R 425, con el que los de Rutesheim ofrecieron una nueva cara del Porsche 911 Carrera S.
Vía | Autoblog