Una isla inteligente y libre de emisiones. Este es el proyecto en el que se ha embarcado Renault en colaboración con la Empresa de Electricidade da Madeira (EMM), que se materializa en un ecosistema eléctrico inteligente en Porto Santo, una de las pequeñas islas que conforman el archipiélago portugués. Este programa, que ya ha puesto en marcha el gobierno de Madeira, ha sido bautizado como Fossil Free Island y pretende favorecer la transición energética de la isla.
El proyecto Fossil Free Island se basa tanto en la disposición de vehículos eléctricos, como en las baterías de segunda vida, la recarga inteligente y la recarga reversible. Todo ello para reforzar la independencia energética de Porto Santo, una isla de poco más de 42 kilómetros cuadrados y casi 5.500 habitantes. Tanto Renault como la empresa energética de Madeira trabajan desde principios de año en este programa, que estará en desarrollo durante los próximos 18 meses.
Coches conectados y convertidos en pequeñas centrales eléctricas
Este concepto de ecosistema eléctrico inteligente se articula en varios puntos. Primero, la disposición de una flota de vehículos eléctricos por parte de Renault: catorce unidades del Renault ZOE y seis de la furgoneta Kangoo Z.E. Veinte residentes voluntarios conducirán estos vehículos de cero emisiones durante la primera fase del proyecto.
Cada uno de estos Renault eco podrá cargarse mediante la recarga inteligente gracias a una red de 40 bornes conectados, tanto públicos como privados, que EEM y Renault han instalado en la isla. El objetivo es que de, aquí a fin de año, los vehículos interactúen en red y sean capaces de devolver electricidad durante picos altos de consumo. En otras palabras, que se conviertan en unidades de almacenamiento temporal de energía.
Asimismo, Renault ha dispuesto un sistema de almacenaje energético, formado por baterías usadas, que servirán como tanques de almacenamiento para la energía producida por las centrales eólicas y solares de Porto Santo. Una tecnología muy similar al que está desarrollando Toyota en Japón para dar uso a las baterías de segunda mano como solución de reciclaje.
Así funciona la isla inteligente de Porto Santo
El objetivo de este ecosistema eléctrico inteligente desarrollado por Renault es la creación de un modelo energético reproducible en otras islas, barrios o ciudades. En definitiva "desplegar a gran escala soluciones de movilidad eléctrica asequible para todos", como bien apunta Eric Feunteun, director del Programa Vehículos Eléctricos y Nuevas Oportunidades de Renault. ¿Cómo funcionan las tres tecnologías en las que se basa?
La recarga inteligente, también conocida por su término en inglés smartcharging, optimiza el suministro de energía renovable local a través de modular la recarga del vehículo en función de las necesidades del usuario y de la oferta disponible de la red. Su funcionamiento es sencillo: si la demanda de electricidad es superior a la de la red, la recarga se interrumpe, mientras que se carga al máximo cuando hay más electricidad disponible que la que demanda el automóvil.
Por otro lado, nos encontramos con el sistema de recarga reversible, que convierte a los coches en pequeñas unidades de almacenamiento temporal de energía eléctrica. De esta manera, éstos son capaces de inyectar energía a la red eléctrica cuando se den picos alto de consumo en los edificios de la isla.
Por su parte, las baterías de segunda mano se convertirá en unidades de almacenaje de energía eléctrica. Como bien señala Renault, las baterías aún cuando llegan a su fin de vida útil en el automóvil, siguen conservando una notable capacidad de almacenamiento. Combinadas en grandes cantidades, permitirán acumular suficiente energía para cubrir las necesidades de hogares, oficinas, colegios, fábricas o incluso los propios puntos de recarga para coches eléctricos, como bien conocemos por el sistema de recarga remota E-STOR.
