En el año 2007 algunos coches comenzaban a incorporar un incómodo sistema que apagaba automáticamente el motor en las paradas, y lo volvía a poner en marcha cuando pisabas el embrague en los coches manuales o cuando soltabas el freno en los automáticos. Era el inicio de la popularización del start/stop.
Hoy solo seis años más tarde, Bosch ha anunciado que ha salido de su planta de producción en Hildesheim (Alemania) el start/stop número 10 millones, lo cual nos permite hacernos una idea del éxito de este sistema que no solo ellos fabrican.
Hoy en día uno de cada dos coches que se fabrican en Europa lleva start/stop, y en otros mercados como el de EEUU o China su incorporación en los nuevos coches es cada vez mayor. Según Bosch con un sistema start/stop se ahorra de media un 5% de combustible y emisiones de CO2, pero el ahorro puede llegar a un 8%.
Lo cierto es que estos sistemas han evolucionado mucho desde los primeros que se incorporaban hace seis años. Antes eran lentos, no siempre funcionaban cuando era necesario y especialmente en algunos modelos diesel, su funcionamiento era demasiado ruidoso.
Por suerte, la apuesta de los fabricantes de automóviles por este tipo de sistemas que ya incorporan desde los utilitarios más económicos hasta algunos de los mejores superdeportivos, ha permitido evolucionar el sistema y hoy en día su funcionamiento ya no es nada intrusivo salvo en algunos modelos.