Subaru empieza a comercializar en España un pequeño monovolumen de cuatro metros de longitud que denomina Subaru Trezia. Como muchos sabrán ya se trata de un Toyota Verso-S (que no se vende en España) ligeramente modificado, aunque comparte la gran mayoría de los elementos con el modelo del que deriva.
Aun así, Subaru asegura que han trabajado intensamente en la adaptación de este modelo para que sea un Subaru más. Dado que el Toyota Verso-S no se vende en España no lo hemos probado, así que no podemos asegurar que esta colaboración haya desembocado en cambios palpables para el conductor.
Dicho esto, empecemos a analizar como es el Subaru Trezia, parándonos primero en su exterior e interior. En la próxima parte analizaremos su comportamiento y su equipamiento. Para los que estéis impacientes os adelanto que habrá dos motores disponibles, 1.3i de 99 CV y 1.4 D-4D de 90 CV, y os diré también que su precio es más alto que el de sus competidores (arranca en 17.100 euros con el motor de gasolina y el acabado más básico).
Diseño exterior
Encontrar las diferencias entre el Subaru Trezia y el Toyota Verso-S puede ser difícil, pero si nos fijamos en el frontal veremos que la parrilla ha sido adaptada de manera que guarde el aire de familia que lucen el resto de los modelos de la marca japonesa. Además el diseño de los faros delanteros también es ligeramente diferente, pero conservan el mismo esquema básico. Por lo demás, es un Toyota Verso-S.
Su diseño exterior está condicionado por un tamaño pequeño (cuatro metros justos), que se distingue por un capó alto y un portón trasero que es prácticamente perpendicular al suelo, aunque la luneta si está algo tumbada hacia el frontal del coche. El resultado es bastante armonioso, aunque no acaba de ser demasiado atractivo, y algunos echarán en falta un toque más innovador.
El otro elemento que destaca de su aspecto exterior es su altura, que es mayor que la mayoría de sus competidores. Esto tiene su reflejo en la altura a la que vamos sentados y el espacio disponible para la cabeza que disfrutaremos en el interior, pero no adelantemos acontecimientos.
Habitabilidad y capacidad de carga
Si tapásemos el logotipo de la marca que en España comercializa este modelo, cualquiera podría decir que estamos sentados a los mandos de un Toyota. El volante del Toyota Verso-S es diferente (en el Subaru es achatado por la parte de abajo), y algunos otros detalles han sido cambiados, pero las diferencias son mínimas e imperceptibles.
Lo primero que sorprende llamativamente al montarnos en el Subaru Trezia es el espacio del que disponemos. Para ser un coche de apenas cuatro metros, cuatro ocupantes pueden realizar trayectos largos sin estrecheces. Como es normal, el pasajero que viaje en la plaza trasera central irá más incómodo por la falta de espacio trasversal.
Sentados al volante la luna delantera queda bastante lejos, y nuestro copiloto no nos estorbará con su codo. El otro elemento que llamará la atención será la palanca de cambios, situada en una posición elevada, que facilita los constantes cambios de marcha que hay que realizar en recorridos urbanos.
Hablando de ergonomía, los asientos nos han parecido satisfactorios en general, pero buenos en un aspecto en concreto: recogen muy bien la parte superior de la espalda, de manera que sentándonos en una posición cómoda (no demasiado erguidos), el reposacabezas queda cerca de nuestra nuca. Que esto sea así no es solo más cómodo, constituye un elemento de seguridad importante y ayuda a minimizar las consecuencias del latigazo cervical que podemos sufrir en caso de accidente.
Si bien este aspecto nos ha parecido positivo, lo que no nos ha gustado tanto ha sido el reposabrazos del que dispone el conductor. Estorba en conducción urbana, no es ajustable, y además el mullido del que está recubierto es demasiado blando. En cualquier caso siempre podemos optar por levantarlo y evitar que nos moleste.
La otra razón por la que un cliete podría comprar este tipo de vehículo (la primera, en la que saca buena nota el Trezia es el espacio interior), es la modularidad de sus asientos y demás elementos del interior. En este aspecto el Subaru sale bien parado respecto a un utilitario de su tamaño, pero no tanto respecto a vehículos similares, como el Honda Jazz.
Este último resulta más flexible a la hora de recolocar los asientos gracias a su sistema Honda Magic Seats, del que ya os hablamos durante la presentación de este modelo en Barcelona. No es que el Subaru no tenga ciertas posibilidades de configuración, pero son inferiores a las del Honda.
De hecho, cuenta con maletero en dos alturas y asientos abatibles (60:40) desde el maletero, que proporciona un volumen de carga que va desde los 429 hasta los 1.388 litros si abatimos los asientos traseros. Son mejores datos que los que ofrece un Honda Jazz (390 litros) pero peores que los que ofrece un Kia Venga (hasta 570 litros sin abatir los asientos aunque si desplazándolos longitudinalmente).
Calidad interior
Despachada la parte de la habitabilidad empecemos a analizar las sensaciones que le transmite el Subaru Trezia al conductor que entra en su habitáculo. Para empezar, la capilla central tiene tres esferas que acogen, respectivamente, el cuentavueltas, el velocímetro y un gigantesco, e innecesario, medidor de nivel de gasolina. En el centro nos encontraremos una pantalla bicolor que hace las veces de ordenador de viaje.
Siguiendo con la disposición de los mandos, hay que decir que resulta bastante intuitiva, y resulta fácil encontrar el mando que estamos buscado, siempre y cuando no esté en el navegador, que resulta difícil de manejar y de interpretar, porque divide la pantalla a su antojo (para mostrar diferentes perspectivas del camino a seguir) y no tiene una resolución especialmente buena
Ahora bien, si empezamos a tocar los diferentes elementos del salpicadero, nos encontraremos con materiales agradables y plásticos blandos (toda la parte superior del salpicadero está realizada en un plástico blanco de buen tacto), pero especialmente, bien ensamblados. Las terminaciones son bastante buenas, y no hay bordes afilados o despegados por ningún lado. Sin embargo, la sensación de calidad percibida no es especialmente alta.
Un Kia Venga por ejemplo, parece más lujoso y da la sensación de que los materiales empleados son más vistosos. En el Subaru, los plásticos empleados pueden engañarnos, y parecer más simples, y duros, de lo que realmente son. Esto no es en sí mismo un defecto, pero dado que la gama de precios del Subaru empieza en 17.300 euros, algunos clientes estarán buscando, por ese precio, un aspecto compuesto y llamativo.
Eso sí, lo que no tiene de llamativo parece tenerlo de bien terminado, durante la presentación, pudimos conducir por carreteras en muy mal estado. Condujimos a propósito pisando cada bache que nos encontramos, y no escuchamos ni un solo ruido proveniente del habitáculo. Es verdad que la unidad probada era nueva, pero no todas las marcas son capaces de lograr esto.
En la próxima parte analizaremos el equipamiento del Subaru Trezia y el comportamiento del coche, que montaba el motor 1.4 D-4D asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades.
En Motorpasión | Subaru Trezia, el primo del Toyota Verso-S