De toda la vida —en la circulación de vehículos por la derecha—, el giro hacia la izquierda representa una maniobra más arriesgada que el cambio de dirección hacia la derecha, sobre todo si hablamos de vías de doble sentido. Es por ese motivo que con cierta frecuencia se prohíbe girar hacia la izquierda de forma explícita, para evitar colisiones frontales o frontolaterales... o simplemente para evitar mayores líos en las ciudades, cuando el volumen de tráfico es intenso.
Bien, pues ahora en Nueva York han tomado una decisión algo insólita, motivada por una nueva razón. La cosa no va en este caso de prohibir, sino de persuadir al conductor para que evite estos giros. ¿Y qué mejor manera de hacerlo, que hablar con Google para que Google Maps reduzca en lo posible los giros hacia la izquierda cuando confeccione sus rutas? Así lo han hecho Brad Lander e Ydanis Rodríguez, concejales del Ayuntamiento de Nueva York.
La razón tiene que ver con la política de mejora de la seguridad vial en la ciudad que nunca duerme. Los datos de siniestralidad de los últimos tiempos dan como resultado un elevado número de atropellos a peatones en giros hacia la izquierda. Un interesante reportaje publicado por la periodista Kate Hinds en WNYC señala el problema de tener que reanudar la marcha antes de que venga tráfico en sentido contrario, por lo tanto tomar una decisión correcta a toda prisa, sumado al momento en que el vehículo acelera y también a la incidencia que tiene el punto ciego que impone el pilar A de los vehículos, como posibles factores concurrentes de este tipo de atropellos.
Si echamos un ojo a los datos sobre atropellos en Estados Unidos desde 2010 a 2013, recopilados por Hinds, tenemos que los giros a la izquierda realmente ocasionan más riesgo vial que los giros a derecha. En todo el país norteamericano, una cuarta parte de los siniestros viales de vehículos de motor en los que sucede un atropello a peatones tienen lugar en esta maniobra tan concreta.
Los riesgos del giro a la izquierda en atropellos
- Incertidumbre sobre la marcha de los vehículos en sentido contrario.
- Toma de decisiones apresurada en un tiempo demasiado breve para algunos conductores.
- Falta de visibilidad a causa del diseño del pilar A en algunos vehículos.
- El vehículo se encuentra en aceleración cuando sucede el atropello, lo que dificulta que el conductor frene en caso de atropello inminente.
Esta medida que quiere adoptar Nueva York y para la que pide la colaboración de Google recuerda a la que tomó la empresa de mensajería UPS en 2004, aunque en aquella ocasión se vinculó la decisión de evitar en lo posible los giros a izquierda en razones de eficacia, más que de seguridad. Por su parte, en Estados Unidos ya hay voces que recuerdan que Europa ha optado por las rotondas para solucionar este tipo de situaciones. Lo que nadie les debe de haber explicado es que, con demasiada frecuencia, estas infraestructuras se emplazan desoyendo las recomendaciones de los ingenieros, que son quienes dominan el asunto. Y es que en todos los pueblos cuecen habas...
Vía | The Atlantic
