Para la DGT, las multas por exceso de velocidad son la más rentables: el año pasado acapararon más de la mitad de las sanciones impuestas por tráfico. Así, su principal arma son los radares y entre ellos encontramos a los dispositivos móviles como los pequeños e indetectables Velolaser.
En este mapa recién actualizado por Social Drive, se muestran hasta 124 ubicaciones posibles que se han incrementado notablemente en apenas unas semanas.
Tráfico acaba de reforzarse con la licitación de hasta 300 radares, de los cuales 180 restantes son de tramo. Muchos de ellos, previsiblemente, se colocarán en carreteras secundarias. Pero el resto ya activos, como los Velolaser, siguen haciendo caja.
Hasta 124 localizaciones, con Madrid y Galicia a la cabeza
Como se puede ver en el mapa interactivo de Social Drive, la DGT y las policías municipales y autonómicas recurren a estos pequeños dispositivos para cazar los excesos en todo el territorio nacional. Muchos se concentran en la Comunidad Madrid y en provincias colindantes, pero también hay mayoría para Galicia.
Pero en general los encontramos en buen grueso de regiones: Asturias, León, Cantabria, Salamanca, Palencia, Burgos, Valladolid, Navarra, Huesca, Zaragoza, Barcelona, Girona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Granada, Málaga, Cádiz o Huelva están entre ellas.
Si bien los radares fijos deben anunciarse, la normativa no exige que los móviles hagan lo propio. De tal manera que no siempre van señalizados. Y los Veloláser dado su compacto tamaño, son perfectos para esconderse en los lugares más variopintos.
Los hemos visto escondidos tras coches, vehículos o mobiliario urbano para cazar a los que se pasan con el acelerador. Aunque está práctica es más habitual en el caso de autoridades municipales, como demuestran las fotos que acompañan la ubicación de algunos de estos radares.
Algunas ubicaciones contienen imágenes de los radares escondidos pic.twitter.com/U3nAq8eCt3
— SocialDrive (@SocialDrive_es) August 26, 2022
Así, son especialmente útiles para detectar excesos de velocidad en vías urbanas.
Y dado que en muchas de estas carreteras el límite es de 30 km/h con la llegada de los nuevos límites de velocidad en ciudad, se han convertido en un estupendo aliado para las administraciones.
Las multas por exceso de velocidad acapararon el 63,7 % de las sanciones de Tráfico impuestas en 2021. Aunque son los dispositivos fijos los que más denuncian: de las 3,05 millones de sanciones por exceso de velocidad, 2,19 millones correspondieron a dispositivos fijos y 863.776 a móviles.
A día de hoy, solo la DGT cuenta con 780 radares fijos (92 de ellos de tramo) y 545 dispositivos móviles. Pero a ellos hay que sumar los de las regiones que tiene transferidas las competencias de tráfico y los de los ayuntamientos.
Prácticamente indetectables
Los radares Velolaser son una de las últimas tecnologías llegadas al arsenal de Tráfico, junto a los drones o las furgonetas y motos camufladas. Apenas miden unos 50 cm, lo que permite colocarlos en barreras, trípodes, señalización vertical o incluso en vehículos como las motos de la Guardia Civil.
Pese a su pequeño tamaño, tienen un notable alcance: pueden detectar infracciones entre 15 y 50 metros. Están preparados para detectar excesos de velocidad desde los 30 km/h hasta los 250 km/h.
Debido a que cuenta con infrarrojos, pueden operar también en las horas nocturnas y están preparados para discriminar por tipo de vehículo.
Además, al ser inalámbricos, pueden ser controlados a distancia mediante WiFi o 3G/4G. De esta manera pueden ser colocados alejados varios metros de una patrulla, lo que les hace aún más difíciles de detectar.
Las multas de velocidad son exponenciales en tanto en cuanto se supere el límite de la vía. Las sanciones oscilan entre los 100 euros y los 600 euros, pudiendo ser además constitutivas de delito. Pueden ir o no acompañadas de resta de puntos, siendo el máximo de seis.