La Unidad Militar de Emergencias consiguió el domingo rescatar a todos los automovilistas atrapados en la AP-6 y reabrir al tráfico la autopista. Después de un episodio de esta magnitud, por desgracia, todos echan la culpa de lo ocurrido a otros.
Este domingo, la concesionaria de la autopista (Iberpistas, una filial de Abertis), Ministerio de Fomento y Dirección General de Tráfico (DGT) estimaron que cometieron un error y se acusaron entre sí. Y de paso, también culparon a los automovilistas. Sin embargo, la realidad es que nos falta un protocolo claro y eficaz de actuación en estos casos.
Cruce de acusaciones
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha explicado que la concesionaria de la AP-6 es la responsable de la gestión y la que debería haber tomado las decisiones y disponer de los medios adecuados para su mantenimiento, según el contrato que tiene firmado con la Administración. Así el ministro daba a entender que no se habían tomado todas las medidas necesarias. Y de hecho, anunció que abriría un expediente a la concesionaria.
Por su parte, la concesionaria aseguró que se habían desplegado 31 máquinas quitanieves realizando trabajos en toda la vía e insisten que desde el viernes realizaron trabajos de prevención esparciendo cerca de 1.200 toneladas de sal y 400.000 litros de salmuera. El 6 de enero se aplicaron las restricciones de circulación a vehículos pesados.
"Iberpistas puso en marcha el Plan Operativo de Viabilidad Invernal (POVI) el pasado 5 de enero a las 21 horas bajo la supervisión directa del Ministerio de Fomento y de la DGT, y en constante coordinación con Protección Civil, Cruz Roja y la Unidad Militar de Emergencias"
Falta coordinación
Sin embargo, Iberpistas explica que la nevada coincidió con la operación retorno de Reyes, con el consiguiente aumento de tráfico con respecto a lo habitual y que muchos de los vehículos que accedieron a la autopista no contaban con el equipamiento adecuado, los cuales en un punto ya no podían seguir, provocando accidentes y por ende bloqueando el tráfico, razón por la cual algunos quitanieves no podían seguir trabajando.
Lo que Iberpistas no explica es por qué siguió cobrando el peaje (por cierto, con un aumento del 2 % (el tramo completo desde Villalba a Adanero o viceversa pasó de 12,25 a 12,50 euros) o simplemente por qué no cerró el peaje o se advirtió a los conductores que se dirigían a un tramo en el que no se podía circular. Según recoge El Mundo, muchos de los conductores señalaron que en los paneles no se indicaba el peligro de nieve.
Y sobre todo falta un protocolo global
La realidad es que la falta coordinación entre las diferentes administraciones es muy evidente si nos fijamos en el "Protocolo de coordinación de actuaciones de los órganos de la Administración General del Estado, ante nevadas y otras situaciones meteorológicas extremas que puedan afectar a la Red de Carreteras del Estado". Este protocolo, en su descripción, parece más bien una guía de cómo actuar una vez que ha habido un problema:
Definir claramente las responsabilidades de los diferentes involucrados
Al mismo tiempo se delega en la Cómunidades Autónomas la responsabilidad de tener un protocolo o plan de actuación:
Las Comunidades Autónomas desarrollan, así mismo, sus correspondientes protocolos para atender a las vías de comunicación de su competencia
El problema surge cuando una vía que depende del Estado, pero cuyo mantenimiento y gestión tiene delegada a una empresa privada (las concesionarias). Entonces, a efectos prácticos y sin comerlo ni beberlo, la responsabilidad pasa a ser tanto de la concesionaria como la de Comunidad Autónoma.
Para evitar situaciones de este tipo, por ejemplo en Cataluña existe el protocolo Neucat, el cual es un protocolo muy similar al que se emplea en Francia. Éste prevé una vez que se active que los Mossos d'Esquadra en coordinación con Protección Civil puedan cerrar de forma preventiva algunas carreteras, incluidas las autopistas.
El caso de la AP-6 de este fin de semana pone en evidencia una falta de protocolo similar a nivel estatal. Bastaría un plan de acción similar para que la Guardia Civil pudiese cerrar al tráfico una autopista por mucho que la concesionaria quiera mantener sus peajes abiertos.
Los conductores también tenemos parte de culpa
#AP6 gran parte de culpa del atasco la tienen los conductores que sabiendo la previsión de nieve no llevan medios para circular por ella. pic.twitter.com/2JyOo7wkwJ
— Luis Cortés (@CapitanARJ) 7 de enero de 2018
Qué la administración y la concesionaria de la AP-6 han fallado y no supieron hacer frente a un episodio de fuerte nevada es evidente. Y sí, la DGT advirtió de la situación y del peligro por Twitter, pero no todo el mundo tiene porque tener Twitter o estar pendiente de todas las redes sociales. Sin embargo, en ocasiones nos falta sentido común. Y debemos reconocerlo.
Aunque en algunas regiones de España domine el clima mediterráneo, la nieve es una realidad en una buena parte del país, no sólo en los Pirineos o Sierra Nevada. Y si viajamos por coche en invierno, siempre hay que procurar tener el depósito lleno (es decir, llenarlo de nuevo cuando está por la mitad), llevar mantas, agua y algo de comida en el coche, especialmente si viajamos con niños.
Y, sobre todo, si nos movemos por la meseta (y zonas de montaña) nunca dejaremos de recomendar el uso de neumáticos de invierno. No solamente te permitirán tener tracción y agarre sobre la nieve o la lluvia, en caso de que ocurra, sino que te darán la seguridad -por agarre y tracción- con bajas temperaturas que un neumático de verano no te puede dar cuando la temperatura baja de los 7ºC.