Los coches chinos ya sacan cinco estrellas en los tests de seguridad europeos, así que ahora se han inventado pruebas nunca vistas: choques múltiples a tres bandas

Los coches chinos ya sacan cinco estrellas en los tests de seguridad europeos, así que ahora se han inventado pruebas nunca vistas: choques múltiples a tres bandas
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Los coches chinos, tradicionalmente, han tenido el estigma de ser poco seguros: los efectos para sus ocupantes en los crash-test podían llegar a ser terroríficos. Pero los modelos llegados desde China ya comienzan a llevarse las cinco estrellas y, de hecho, ha llegado el día en que las marcas chinas se atreven a hacer sus propias pruebas de choque, diferentes a las estandarizadas.

Es precisamente lo que ha hecho Chery, uno de los gigantes de China y cuyas marcas ya han desembarcado en Europa, como por ejemplo Omoda. La prueba ha sido llamativa por usar otros coches en el choque y no las clásicas barreras físicas, simulando una situación peligrosa que puede darse en carretera. ¿Acabará por convertirse esta prueba en estándar en los test independientes?

Un crash-test con un trío de coches eléctricos y con periodistas de público

El crash-test de Chery se ha realizado en Tianjin, China, y gracias a la colaboración del Centro de Investigación y Tecnología Automotriz de China (CATARC). El protagonista de la prueba ha sido uno de sus coches eléctricos: el Chery Exeed Sterra ES, una berlina que promete más de 900 km de autonomía (en el ciclo de homologación de la República Popular).

Chery utilizó tres de unidades reales de este modelo: uno, parado, simulando hacer un cambio de sentido de 180º (o giro en U) y los otros dos chocando sin piedad contra sus laterales, en ángulos diferentes (a 30º y a 180º). Ambos Sterra iban a la misma velocidad: 60 km/h. En Geely estaban tan seguros de que se saldaría con buen resultado, que realizaron la prueba ante periodistas especializados en motor.

En las imágenes, podemos apreciar una buena protección para los ocupantes al impactarse uno de sus gemelos justo contra el pilar B. Y en general Chery sacó pecho: sus datos afirmaron que, a pesar de que las fuerzas de impacto fueron cercanas a las 35 toneladas, el Sterra mantuvo su integridad estructural, los pilares resistieron el impacto, todos sus airbag (siete en total) se deplegaron correctamente y las puertas se desbloquearon automáticamente.

Además, se activó la llamada de emergencia y, sobre todo, sus baterías no mostraron signos de incendiarse: no hubo fugas, humo o llamas. El sistema eléctrico se desconectó, tal y como debe ocurrir por seguridad en una accidente.

¿Chery siguiendo los pasos de Volvo? Los crash-test los firman organismos independientes: como por ejemplo los de Euro NCAP, que sirven para calificar en seguridad a los coches que se venden en Europa, o los que firma el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) norteamericano.

Pero las marcas de coches también realizan pruebas propias de seguridad. El principal ejemplo lo encontramos en Volvo, que dispone de su Centro de Investigación y Desarrollo de Seguridad particular. En el año 2000, esta instalación estrenó su área de pruebas de choque. Allí analizan unidades que han sufrido accidentes, pero también testan innovaciones técnicas de seguridad que incorporan sus coches, muchos como respuesta a las carencias que demostraron sus modelos accidentados.

Crash-Test Volvo

Volvo siempre ha ido a la vanguardia de la seguridad: fue la primera marca en equipar de serie el cinturón de seguridad allá por 1959. Ya era un dispositivo de tres puntos y lleva años siendo un equipamiento obligatorio. La seguridad es su principal seña de identidad:  "Los automóviles son conducidos por personas. El principio de todo lo que hacemos es, y debe seguir siendo, la seguridad", señalaron en su momento los fundadores de la marca.

Pero además la firma escandinava también ha desarrollado innovaciones que han acabado utilizándose en los test de seguridad del Euro NCAP o el IIHS: por ejemplo, los dummies femeninos. Volvo fue pionera en su desarrollo, en 2003. Años después comenzaron a usarse en algunas pruebas de ambos organismos europeo y estadounidense.

Dummie crash-test

En Europa, las pruebas de choque comenzaron a estandarizarse en los años 90, simulando escenarios realistas y derivando en una legislación que debían cumplir los coches vendidos en el continente. Algo a lo que en un primer momento se opusieron las marcas, señalando que era imposible alcanzar buenas notas en estos test.

Pero precisamente Volvo y Renault demostraron que no era así. El Volvo S40 logró las cuatro estrellas y el Renault Laguna las cinco estrellas, en 2001, siendo el primero en obtener la máxima nota de EuroNCAP.

La berlina del rombo lo consiguió gracias a sus innovadores airbags de cortina y sus cinturones con pretensores. Estos sistemas pasaron a valorarse posteriormente como equipamiento de seguridad en las pruebas y a su vez los adoptaron otras marcas en sus modelos.

Crash-test Volvo

¿Veremos está prueba como estándar en los test de Euro NCAP? Que la prueba de Chery pase a replicarse en pruebas independientes está por ver. Primero porque utiliza tres coches idénticos, pero el resultado puede ser diferente con otros vehículos más grandes y pesados, como un SUV, una pick-up o un camión. También porque en un giro en U, posiblemente, el coche estaría en movimiento y no parado. Y es una situación muy específica. Además, es poco probable que dos coches choquen contra un tercero yendo a exactamente la misma velocidad.

Así, se puede pensar que Chery tenía todo muy estudiado para que los resultados fueran los óptimos y presumir ante los analíticos y críticos periodistas. Quizá el resultado sería diferente si Euro NCAP realiza esta prueba o analiza sus resultados. Pero no deja de ser toda una declaración de intenciones que una marca china diseñe una prueba de seguridad propia.

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