¿Te vienes a dar una vuelta conmigo por el Salón de Ginebra 2016? Será casi casi como estar allí
Aterrizo en el Aeropuerto de Ginebra a las 11:30 y andando me dirijo hacia la entrada principal del Palexpo, donde las marcas de coches ya están presentando sus últimas novedades en el Salón de Ginebra 2016.
Por el camino que une el aeropuerto con el recinto ferial, me encuentro con un Range Rover Evoque Cabrio expuesto, un coche que tenía ganas de ver en persona. Me gusta la línea que tiene con la capota cerrada, muy similar a la del modelo convencional. Habrá que verlo descapotado por las calles, pero de primeras me gusta. Entro en el Palexpo y...
...después de subir las escaleras, y mientras un amigo me cuenta que algo ha fallado durante la presentación del nuevo Audi Q2, a la derecha me encuentro con el stand de Chevrolet.
¿Chevrolet? ¿Pero estos no habían abandonado Europa? Viendo las dimensiones de su stand faraónico y que únicamente tenían allí versiones del Corvette y Camaro, me imagino que lo que habrá pasado es que ya tenían pre-pagado el stand para unos cuantos años y en vista de que ya no les devolvían el dinero, han preferido rellenar con coches.
Sigo hacia adelante por el fondo del pabellón superior y llego a Hyundai, donde el IONIQ luce como protagonista principal, pero tiene alrededor casi el mismo número de personas que el i20 del Campeonato del Mundo de Rallys.
Al lado de Hyundai entramos en el territorio Volkswagen, que comienza con Lamborghini. El Centenario LP770-4 es el protagonista indiscutible, una edición limitada que, esta vez si, parece tener un aspecto como merece la marca italiana.
Igual que eché pestes del Veneno hace un par de años, admito que el Centenario me gusta, es elegante y deportivo sin excesos innecesarios. A su lado debía estar el Huracán Avio, pero sinceramente no me dio tiempo a verlo.
Llegamos a Porsche, y el stand de la marca de Stuttgart merece una parada larga y reposada. ¿Para qué? Pues para admirar el precioso Porsche 911 R, la edición limitada a 991 unidades que sirve para tapar las bocas de todos los que, como yo, añoraremos los motores atmosféricos en el 911.
Al lado del 911 R luce el nuevo 718 Boxster, que si os digo la verdad estéticamente no acaba de convencerme. Esa forma de la trasera, con el alerón integrado en la carrocería y las letras Porsche sobre él no me terminan de hacer demasiada gracia. Por delante gana bastante respecto al Boxster anterior, es más delgado y estilizado.
Mientras me despido del PR de Porsche, que nos cuenta cómo ha ido la jornada, veo de reojo un Cayman GT4 exactamente igual que el que probamos hace unos meses. ¡Qué buenos recuerdos de aquel pequeñajo!
Bajo al pasillo y subo al habitual stand de Audi, situado en una esquina y con un tamaño descomunal. Al fondo luce la estrella del día, el Audi Q2. Al final mi apuesta por el número impar no ha sido la ganadora, y se llamará Q2.
Me acerco a él y me gusta lo que veo. El SUV pequeño de Audi por fin rompe con la línea continuista que hace que a veces, diferenciar entre un A4 y un A6 sea más difícil que jugar a buscar las siete diferencias.
Es muy pronto para hacer valoraciones, pero mi primera impresión es que el Nissan Juke de Audi va a funcionar a nivel comercial. Es un coche con personalidad, de una marca Premium, y eso en este segmento parece que tiene más peso que la practicidad o la racionalidad.
Mientras salgo del stand de Audi me llaman la atención los RS con un color azul que les sienta de maravilla. Allí están los RS Q3 Performance y los RS6 Avant Performance y RS7 Performance. Menudos cacharros, menudas bestias. Son tan impresionantes que hacen sombra hasta al mismísimo R8, rodeado solo por dos japoneses que hacen fotos a los bajos del coche.
Cruzo a Bugatti, donde nos espera una de las estrellas indudables del Salón de Ginebra el Chiron. 1.500 caballos es lo que desarrolla el sustituto del Veyron, un coche cuyos números son tan abrumadores como el número de personas que se agolpaban a su alrededor. Es imposible hacerle una foto sin que salga alguien en plano. Va a ser cierto lo que dice Javier Álvarez.
Me voy a Bentley, donde también hay mucha, mucha gente. Están alrededor del nuevo Mulsanne y del Flying Spur V8 S, que lucen junto al descomunal Mulsanne Grand Limousine by Mulliner.
Sigo hacia adelante entre la marea de gente que este año llena el Salón de Ginebra en la jornada de prensa. Veo de reojo el Superleggera Disco Volante Spider que es sencillamente precioso. Una pena que solo vayamos a verlo aquí, en la moqueta del Salón de Ginebra y dificilmente llegue a las calles.
Paso por delante de Skoda y Volkswagen pero no paro. Creo que no hay ninguna novedad muy destacada más allá de los concept cars T-Cross Breeze Concept y el Skoda Vision S Concept.
Tal vez si llego a saber que presentaban el Volkswagen Phideon me hubiese parado a verlo, así evitaría tener que viajar hasta China para verlo. El que no va a obligarnos a ir tan lejos para ver muchos, es el SEAT Ateca.
El primer SUV de la marca española luce en el stand de SEAT, es el protagonista que todo el mundo quiere ver. Me acerco a verlo, en este caso una unidad de color blanco con detalles como la parrilla delantera en negro brillante, y la primera impresión es muy buena.
Creo que el SEAT Ateca es uno de esos coches que ganan en persona frente a las fotos. El frontal tiene el estilo inequívocamente SEAT que tan bien les está funcionando en el León e Ibiza, y eso es muy bueno. La trasera además es la parte que más gana en persona respecto a las fotos, con unas ópticas estilizadas que transmiten robustez. No puedo subirme dentro porque tengo poco tiempo y hay mucha gente esperando para hacerlo, así que sigo adelante. Ya habrá tiempo de catarlo en junio.
En Subaru el XV Concept adelanta el aspecto que tendrá el XV del futuro. Un toque de modernidad para un prototipo que promete bastante. El renovado Forester y el WRX STi del Mundial de Rallycross cierran el stand de la marca japonesa, una marca cuyos productos tal vez no gozan del reconocimiento que merecen por parte de los consumidores, a pesar de ser de lo mejor del mercado en cuanto a dinámica.
Opel espera al otro lado con el Astra recién galardonado con el premio al Coche del Año en Europa. Se respira satisfacción en el stand de la marca alemana, donde también se muestra el Opel GT Concept que destaca más por sus neumáticos de color rojo que por otras cosas.
Llego, consciente de que me he perdido algunos stands imperdonables como el de Koenigsegg o el de Pagani, a las escaleras que bajan hasta el nivel inferior del Palexpo. Me detengo un segundo a tomar una foto del ambiente, de la gente, pero el ritmo de personas subiendo y bajando aquellas escaleras, mientras unos ven el móvil, otros twitean con el iPad y demás es tan incesante que desisto en el intento.
Bajo y a la izquierda está Toyota. El nuevo Prius es casi igual de feo poco agraciado estéticamente que el anterior, o al menos eso me parece a mí. Si no pretenden venderlo a taxistas deberían tratar de hacerlo un poco más bonito. O tal vez el diseño no sea lo que motive a un potencial cliente de Prius, que puede primar por encima del diseño otros valores como la ecología o la tranquilidad de su conciencia.
Bonito es el nuevo C-HR, el SUV pequeño de la marca japonesa que llega para poner en aprietos al Juke. Creo que este es otro de esos coches que vamos a ver muy habitualmente por nuestras calles.
Salgo de Toyota y paso al lado del stand de Renault, gigantesco como de costumbre. Allí miro de reojo el nuevo Renault Scenic, un coche que ha ganado tanto en diseño que me gusta hasta a mí que no soy (por ahora) potencial cliente de un monovolúmen compacto. Sus llantas son de 20 pulgadas en todas las versiones. Está claro que el futuro pasa por los coches de ruedas grandes.
Un poco más adelante veo un coche que abre sus puertas hacia arriba de forma inusual. Es el Tesla Model X. ¿Tesla? "¿Qué hacen estos en un salón del automóvil?" pienso en mi cabeza mientras admiro cómo es el movimiento de apertura y cierre de esas gigantescas puertas.
Parece poco práctico y excesivamente lento el sistema, pero eso tal vez sea una de las cosas que gusten a los futuros compradores de este tipo de coche. Estéticamente el Model S me llega a gustar, pero creo que en el Model X se han perdido unos cuantos puntos en cuanto a diseño, especialmente en la parte trasera.
Me quedan menos de 20 minutos y mucho que ver, así que acelero el paso y soy más selectivo en los stands que me detengo. Prometo no volver a pararme en ningún stand de coches eléctricos.
Rumbo a Alfa Romeo, no puedo evitar pararme delante del Dodge Challenger. Menuda americanada este coche bicolor morado y negro. ¡Me encantaria pasearme con uno así por Las Vegas!
En Alfa el Giulia es el protagonista indiscutible. Acompañadas de las azafatas más guapas del salón, como viene siendo habitual en Alfa Romeo, estaban las versiones más mundanas del Giulia. No he visto el QV, pero lo que veo de los otros me gusta. Y me gusta mucho.
Es un berlina elegante, deportiva y con carácter como lo fue en su momento el Alfa Romeo 156, un coche que marcó una época en su segmento. Le auguro un futuro muy prometedor al Alfa Romeo Giulia.
El Alfa Romeo Giulietta con su lavado de cara pasa tan desapercibido que ni lo veo. No puedo irme de allí sin echarle un vistazo al Alfa Romeo 4C Spider. Es sin duda el coches de capricho que me compraría si tuviese dinero, y eso a pesar de que el precio el Spider me parece desmesurado respecto al normal.
Salto a Abarth donde el 124 Spider más picante luce con orgullo sus colores. ¡Mola! Me gusta, ya era hora de que lanzasen un coche así en Abarth. Y la versión de rally que luce al lado del coche de calle ya ni os cuento cuánto me gusta.
Me voy a Ferrari y poco hay que ver. El GTC4Lusso está rodeado de gente, solo puedo verlo por delante y ni me paro. Me voy a Maserati y ahí si que hay algo que ver.
El nuevo Maserati Levante me gusta estéticamente por delante. El frontal con una parrilla muy marcada siempre ha sido un rasgo diferenciador de los Maserati, y en el SUV grande de la marca esta parte cobra más protagonismo.
En la vista lateral el coche también tiene un punto, con una correcta mezcla entre deportividad y elegancia. Es tal vez la trasera la que menos me gusta, y aun así tampoco puedo ponerle pegas porque se parece mucho a la del Porsche Cayenne. Creo que después del éxito del Ghibli, el Levante va a ser otro coche que siga la misma línea comercial. Se va a vender, eso seguro.
En Aston Martin también hay mucha gente, como de costumbre. Allí el nuevo DB11 luce su mejor silueta. ¿Cómo hará esta gente para seguir creando año tras año y generación tras generación los coches deportivos más bonitos del mundo?
Paso por McLaren y de reojo miro el P1 de fibra de carbono azul fabricado por MSO. Solo he visto McLaren P1 en persona en el Salón de Ginebra, y este es sencillamente descomunal. Creo que si tuviese que elegir entre el trío de hypercars que han marcado la última época, el P1 sería mi elegido. Es el más exótico de todos.
Me escapo corriendo a BMW porque solo quedan unos minutos para convertirme en sapo, y hay un coche que quiero ver en persona. Es el BMW M2 Coupé, un coche que ha despertado tanta expectación que me comentan que toda la producción prevista para este primer año está ya vendida.
Llego al stand de la marca alemana y allí está el nuevo BMW M2 Coupé en el espectacular color azul Long Beach. Creo que el coche cumple con lo que esperaba de el. Es una reencarnación moderna de un BMW M3 E30 y eso me pone muchísimo.
El frontal es brutal, escandaloso. Las aletas laterales ensanchadas y las cuatro salidas de escape en la trasera son el colofón a un coche que va a marcar un antes y un después en BMW M GmbH. Sin darme cuenta me estaba perdiendo lo mejor, porque un poco más atrás había otro BMW M2 Coupé cargado hasta arriba de accesorios M Performance.
Si el modelo de serie ya es impresionante, este no puedo ni describirlo. Me atrevo a decir que el M2 Coupé va a ser un éxito comercial por dos motivos: el primero porque va a restarle ventas a su hermano mayor el M4 y el segundo porque va a atraer a mucha clientela nueva que antes no podía hacerse con un BMW M y ahora tiene uno de los más apetecibles por poco más de 60.000 euros.
Justo un minuto antes de la hora límite acabo mi vuelta al Salón de Ginebra. Me han quedado muchos coches sin ver y a alguno de ellos les tenía ganas, como por ejemplo el Ford GT, el Lexus L500h Hybrid o el Honda NSX. Aun así, creo que la vuelta ha merecido la pena.
El Salón de Ginebra de este año ha sido un buen espejo de cómo está el sector del automóvil ahora mismo en Europa. Se respira más optimismo, parece que las cifras de ventas acompañan y eso son excelentes noticias para los que seguimos amando el automóvil. Además el futuro está más que asegurado con todos estos coches y muchos otros que no hemos podido ver en esta nueva vuelta rápida al Salón de Ginebra. Nos vemos el año que viene.