Solo una marca como MINI se podía atrever a unir dos conceptos que sobre el papel son tan dispares como un SUV y un Mini, un coche que como su propio nombre indica es “pequeño”. El MINI original, del cual están pensando en crear una versión actual con las medidas muy similares bajo el nombre de MINI Rocketman, medía 3,3 metros y el MINI Countryman Cooper D mide 4 metros y puede llevar tracción integral. ¿Qué queda entonces de su ADN en el MINI Countryman?
Para averiguarlo hemos decidido hacer una pequeña prueba del MINI Countryman Cooper D de 112 caballos, la versión intermedia de los tres diesel disponibles, ya que por debajo está el One D de 90 caballos y por encima está el nuevo MINI Countryman Cooper SD con 143 caballos de potencia.
La versión probada era la que lleva tracción delantera, mejor para mi gusto teniendo en cuenta que el comprador de este tipo de coches en contadas ocasiones va a hacer incursiones en el campo, aunque deberían tenerla en cuenta los que piensen viajar en su MINI Countryman a la nieve o a disfrutar de los veranos de aventuras por pistas de tierra.
Pues bien, para averiguar si el MINI Countryman sigue teniendo el esencia de los modelos de la marca, lo primero es añalizar el diseño exterior de esta cuarta carrocería de la familia MINI. A primera vista se reconoce como un auténtico MINI, es complicado que cualquiera que lo vea por la calle no sepa ante que marca de coche está.
Eso si, no es un MINI cualquiera y eso también se nota. Es complicado que alguien se lo confunda con un MINI normal, con un Clubman y más todavía con un cabrio. La carrocería es notablemente más grande y eso se nota: 4,09 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,56 de alto.
Son cotas que excepto por el largo son idénticas a las de su primo el BMW X1, con quien comparte muchos elementos. Pero en el caso del MINI, se han adaptado estos tamaños más voluminosos al característico estilo de la marca.
El exterior del MINI Countryman Cooper D
El frontal está presidido por una parrilla de gigantescas dimensiones, que marca el estilo de la parte delantera del MINI Countryman Cooper D. A los lados de esta, las ópticas, que frente a lo habitual en los Mini dejan de ser redondas para adoptar nuevas formas más vanguardistas. A pesar de ello, todo el frontal respira a MINI gracias a las formas de los paragolpes, a las molduras cromadas de algunas zonas y a otros elementos comunes con el resto de la gama.
Al igual que en el MINI actual, las ópticas están fijas en el interior del capó delantero, y no suben con éste cuando abrimos dicho elemento como ocurría en el primer modelo.
La “rotura” ente el frontal y el resto de la carrocería viene marcado por el pilar del parabrisas delantero, que tiene una inclinación muy marcada y cuya trayectoria continúa en la vista lateral a través de una especie de branquia lateral sobre la carrocería en la que se integran los intermitentes.
El espacio reservado al habitáculo queda por tanto bien marcado en la carrocería, y más en el caso de la versión probada ya que gracias a la combinación bicolor, mientras la carrocería estaba pintada en gris oscuro, tanto el techo como las llantas iban en color blanco. Así pues, otro detalle original de MINI que se mantiene en el Countryman.
En la vista lateral llama la atención el enorme volumen de las puertas, que tienen formas muy verticales y dan sensación de amplitud. Llama la atención que tanto en las puertas delanteras como en las traseras, no hay marcos del las ventanillas, otro punto muy característico de los MINI que le dota de personalidad.
Y en la trasera, lo más llamativo lo encontramos si miramos el coche desde una perspectiva de tres cuartos. Ahí es dónde la ventanilla situada entre la de la puerta trasera y el portón posterior cobra más protagonismo, siendo esta una solución innovadora y que marca el estilo del resto del coche.
La superficie acristalada que rodea el habitáculo sigue siendo de 360º a pesar del aumento de tamaño respecto al MINI normal.
Por último, si nos vamos a la vista 100% trasera, llama la atención también el enorme tamaño del portón, que permite gracias a estas grandes dimensiones disponer de una superficie de carga de lo más cómoda, algo que agradecerán los fans de los Mini que por razones de espacio han tenido que recurrir al Countryman para poder meter los trastos de ese bebé que está en camino…
El interior del MINI Countryman Cooper D
Uno de los principales argumentos a la hora de optar por un MINI Countryman en lugar de hacerlo por un MINI, está en el espacio interior que este ofrece. El MINI Countryman se vende en España de serie con cinco asientos, y hay que destacar la enorme amplitud del habitáculo.
Gracias a las características formas de los pilares que delimitan los extremos del habitáculo en la carrocería, el MINI Countryman no tiene nada que envidiar en cuanto a espacio al resto de SUV de su tamaño. Los ocupantes de las plazas delanteras y traseras pueden acceder de forma cómoda a los asientos gracias a las puertas de gran tamaño, que además ofrecen amplios angulos de apertura.
Esto, unido a que los asientos están situados en una posición basante alta, hacen que desde el momento en que te sientas al volante tengas la sensación de estar montado en un todoterreno, pero sin por ello perder el tácto y el ADN típico de un MINI.
¿Cómo se consigue esto? Pues porque en el interior todo respira MINI. Desde las formas del salpicadero con la característica esfera central, hasta los mandos, el volante… Es un Mini al 100%, pero un MINI que ha crecido en tamaño en todos los aspectos.
Me gustan mucho los amplios espacios que ofrece en las puertas para dejar todo tipo de objetos, y cómo estos se iluminan en el mismo color que el resto del habitáculo. Estos colores se pueden cambiar mediante un interruptor situado en el techo, dependiendo del momento, de la ocasión o de con quien viajemos en el coche. Estos son los detalles que le dan la personalidad que tienen los MINI.
Las plazas traseras son muy amplias, tanto en anchura como en la distancia para las piernas, y además cuando necesitas más espacio en el maletero, puedes mover la banqueta longitudinalmente hacia delante (las fotos del interior no corresponden a la unidad probada).
Me ha dado pena que la unidad que probamos venía con la configuración de serie de cinco plazas, porque quería saber que se siente cuando configuras tu coche con cuatro plazas con dos asientos traseros independientes y estos están divididos por el MINI Center Rail, un carril que recorre el centro del vehículo comunicando la parte delantera y la trasera y en el que se pueden fijar diferentes sistemas para llevar las gafas, el teléfono móvil y otros elementos comunes.
Continuará...
En Motorpasión | MINI Countryman Cooper D, miniprueba (conducción, dinámica, valoración y ficha técnica)