Probamos el Ford Fiesta: un utilitario ágil y cómodo al que le sienta bien la etiqueta ECO
Si algo te está funcionando bien, mejor no menearlo demasiado. Así es la nueva evolución del Ford Fiesta, un utilitario que cambia solo lo justo y necesario para mantenerse en la pelea contra rivales de la talla del SEAT Ibiza.
Una estética ligeramente renovada, más tecnología en el interior y una gama de motores que confía (casi) todo a la etiqueta ECO, y de entre los que hemos probado el motor de 155 CV. El Ford Fiesta más potente en su versión más alegre e interesante, con un comportamiento muy participativo.
Ford Fiesta: la evolución del icono utilitario
El mayor argumento del Ford Fiesta contra el resto de su amplia competencia ha sido la diferenciación. El diseño propio de Ford se ha renovado para ofrecer un poco más de modernidad y atractivo al primer vistazo. Y sí, ha crecido, pero sin pasarse.
Mientras que la anchura es exactamente la misma, el Ford Fiesta ha crecido muy ligeramente con respecto al modelo saliente para darle un poco más de cuerpo. Un cambio motivado por unos paragolpes algo más voluminosos. Eso le da un aspecto un poco más atlético si lo unimos a una estética más definida.
|
Largo |
ancho |
alto |
maletero |
---|---|---|---|---|
Fiesta 2022 |
4.069 mm |
1.735 mm |
1.484 mm |
311 litros |
fiesta 2018 |
4.065 mm |
1.735 mm |
1.466 mm |
303 litros |
Los cambios introducidos por Ford van en una dirección clara, y el nuevo Fiesta se parece más que nunca a su hermano mayor, el Ford Focus. Otro al que el paso del tiempo le ha ido sentando cada vez mejor.
Los enormes faros delanteros ganan en ligereza visual tomando unas formas más poligonales y realzadas con la nueva identidad luminosa LED para la luz de día. Unas formas que se replican también en la parrilla, de tamaño más generoso y bordes que tienden a delimitarse entre ángulos y líneas rectas.
El paragolpes delantero se remata con unas formas mucho más esculpidas que antes, especialmente en esta versión ST-Line X, en la que intenta sacar algo más de músculo. Sin pasarse. El logotipo de la marca ahora pasa a estar dentro de la propia parrilla, un rasgo que perdió durante las dos últimas generaciones, y la parrilla es específica con un entramado más abierto.
En la vista lateral destaca un pilar A que parece más tendido que en otros modelos de la competencia, acentuado por una línea de las ventanillas que se prolonga de forma puntiaguda sobre el paso de rueda delantero. Por detrás el marco inferior de las ventanillas ascendente deja un pilar C muy robusto y nos quiere recordar aquellos tiempos de los utilitarios picantes de tres puertas.
En la parte trasera los cambios son mínimos. La verdad es que necesitaba más retoques por delante. Las llantas sí son nuevas, en este caso de 17 pulgadas y acabadas en gris oscuro que le dan un punto premium que le sienta bastante bien.
Interior con el toque racing justo
Pasando al interior nos encontramos a un viejo conocido. Después de haber probado hace no demasiado el Ford Fiesta ST del modelo saliente encontramos bastantes similitudes, por no decir que salvando aquellos elementos específicos de la versión deportiva es calcado.
Tenemos un habitáculo acogeor en líneas generales donde destacan las formas suaves y redondeadas junto con el color negro. Solo se utilizan algunos elementos de aspecto metálico en el salpicadero (sobre la guantera, aireadores, radio inferior del volante...) y por ciertos matices rojos para darle un extra de deportividad a esta variante ST-Line X (costuras de los asientos, alfombrillas, volante y palanca de cambios).
Los propios asientos también son específicos, con un look más deportivo de lo que realmente son, porque tienden claramente al confort, con un mullido generoso, buenas opciones de regulación (manual) y poca sujección lateral.
En general nos ha parecido un interior con tendencia al plástico duro; apenas encontramos superficies acolchadas. Lo que sí tiene es un aspecto moderno sobre todo en esta nueva actualización en la que opcionalmente puede equipar un cuadro de mandos 100% digital de 12,3 pulgadas.
Tiene una visualización moderna, clara y vistosa, con menús bastante intuitivos aunque poco configurables y sin demasiadas opciones de visualización. Sí cambia de aspecto en función del modo de conducción que elijamos.
Sobre el salpicadero se levanta la pantalla del sistema de infoentretenimiento. Al estilo Ford, sin ser demasiado grande y nada integrada, pero con un funcionamiento rápido y fluido, además de contar con conectividad con Apple CarPlay y Android Auto.
No sé si es por buscar la simetría, pero a esta pantalla le vendría fenomenal una ligera orientación hacia el conductor para facilitar su visualización. Lo bueno es que su posición no nos hace apartar la vista demasiado de la carretera.
Por debajo tenemos los aireadores, los mandos de la climatización (físicos, ¡bien!) y una gran guantera con una plataforma de carga inalámbrica para teléfonos compatibles, mientras que la palanca de cambios es tirando a grandota, con recorridos largos pero precisos.
La habitabilidad es correcta en las dos filas de asientos gracias a que las molduras de las puertas no invaden demasiado el interior, así que la sensación de amplitud es correcta. La altura para la cabeza es buena, aunque en las plazas traseras la caída del techo dejará un poco oprimidos a los que ronden el metrochenta.
Yo con 170 cm voy bien en todas las plazas, menos en la central, que no es muy acogedora que se diga, lo típico. El espacio para las piernas en las plazas traseras con los asientos delanteros en una posición media está realmente bien. Algo que tiene su contrapartida.
Para el maletero tenemos una capacidad que seguramente Ford haya sacrificado de manera deliberada para dejar un mejor espacio interior. Las formas son regulares y aprovechables. Por pedirle algo a Ford, estaría bien que el plano de carga no fuera tan alto con respecto al fondo del maletero.
Cubica de 311 litros, 44 litros menos que en un SEAT Ibiza y 40 litros menos que un Volkswagen Polo teniendo los tres una longitud total muy similar (5 mm más largo el Polo y 10 mm más corto el Ibiza).
Un comportamiento no tan deportivo como aparenta
El Ford Fiesta siempre ha sido uno de esos coches utilitarios de toda la vida, pero ahora se convierte en uno de los más avanzados al confiar en mecánicas de electrificación suave, algo que por ejemplo el SEAT Ibiza no puede.
Estamos hablando que en esta ocasión hemos probado el motor tope de gama (con permiso del ST). Es un bloque de gasolina de tres cilindros, como el resto de la gama, pero que en este caso el bloque 1.0 turbo de gasolina alcanza unos generosos 155 CV y 220 Nm de par motor. Este bloque se combina con un sistema mild hybrid de 48 V con una batería de 0,38 kWh que alimenta un motor de 11,5 kW (16 CV) y 50 Nm.
Funciona de manera agradable en la zona baja del cuentavueltas, con una buena dosis de par. De este comportamiento tiene buena culpa el motor eléctrico, que se encarga de suplir el retardo del turbo muy presente en estos motores de tres cilindros con volantes de inercia pesados a los que cuesta un poco moverse al primer golpe de gas.
A medida que vamos escalando revoluciones y nos acercamos a la zona alta el motor térmico despierta y tiene una entrega que mueve con soltura al utilitario del óvalo azul. Lo mejor de este motor se encuentra entre las 4.000 y las 6.000 vueltas donde encuentra el corte, al que no es necesario apurar para realizar una conducción animada.
En condiciones normales es un bloque con un rango de utilización muy amplio, aunque también tiene una rumorosidad elevada al ralentí, algo que le resta un punto de confort. En marcha el sonido pasa bastante desapercibido gracias a un buen aislamiento.
También nos hemos encontrado con un Fiesta que sigue teniendo un tacto peculiar del embrague que nos solemos encontrar en los modelos de la casa. Esto, unido al sistema start/stop, puede dejarnos con el motor dormido cuando en realidad queramos movernos.
Las relaciones de cambio son tirando a largas, especialmente la primera. En este motor de 155 CV no hay opción de equipar el cambio Power Shift automático que sí se puede equipar en el de 125 CV. Una combinación (155 CV automático) que en cambio sí se ofrece en el Puma.
La gran novedad en cuanto a mecánicas es que toda la gama de Ford Fiesta tiene etiqueta ECO debido a la microhibridación, salvo en dos casos: la variante de acceso de 75 CV y el ST de 200 CV. Ya no hay ningún Fiesta diésel.
Cuando algo funciona no hay que tocarlo demasiado, y como el chasis del Fiesta funcionaba bien Ford ha decidido no meterle mano. La configuración es idéntica que antes y el resultado el mismo: un coche con una dirección ágil, suave y con guiños al confort.
Por ser precisos, no es un coche blando ni mucho menos, pero el Fiesta filtra bien las irregularidades al tiempo que mantiene una buena pisada. La dirección es precisa y la parte trasera participa a la hora de redondear los giros cuando ahuecamos el aceleracor. Se aligera pero no es nervioso.
El Ford Fiesta es un utilitario que mira al futuro
Mientras otros modelos de la competencia parecen impermeables a los cambios y tratan de evitar la llegada de la electrificación (quizá para contener precios), el Ford Fiesta no se duerme en los laureles y lanza una gama que lo apuesta prácticamente todo por la etiqueta ECO.
No se espera un Fiesta diésel, ni híbrido, ni PHEV, ni 100% eléctrico en esta generación, así que tampoco se han vuelto locos en Ford. Lo que sí han hecho es mejorar el comportamiento de un coche que ya iba bien añadiendo las ventajas de un pequeño motor eléctrico.
Por lo demás se muestra como un coche más maduro, con una imagen resultona y un interior que puede ir bien equipado pero sin lujos. En este caso tampoco es un coche que destaque por su frugalidad. Ford homologa 5 litros a los 100 km, pero después de completar nuestra prueba el consumo se va a 6,4 litros. Correcto, sin más.
El Ford Fiesta arranca con un PVP de 21.746 euros (motor 1.0 EcoBoost MHEV de 125 CV) mientras que el Hyundai i20 T-GDi de 100 CV hace lo propio desde 19.740 euros (con 120 CV se va a 28.985 euros), y el Kia Rio T-GDi de 120 CV por 19.375 euros. Citroën, SEAT o Peugeot no tienen representación en el segmento con etiqueta ECO.
En el caso concreto de esta mecánica de 155 CV, el precio de tarifa del Ford Fiesta ST-Line X es de 23.673 euros. Una diferencia de menos de 2.000 euros para acceder al motor más potente de la gama.
En resumen, el Ford Fiesta es un coche que ha ganado con el paso del tiempo y al que esta generación le ha sentado especialmente bien. Conserva sus virtudes, pero además mejora donde tenía margen y, de paso, luce con más empaque que nunca.
Ford Fiesta 2022 - Valoración
6,7
A favor
- Bien de equipamiento
- Espacio interior aprovechado
- Calidad de rodadura
- Motor potente arriba
En contra
- Acabados tirando a duros
- Maletero escaso
- Consumo sensible
- Tacto de embrague raro
El Ford Fiesta es un referente entre los utilitarios, así que cuando Ford se ha propuesto lanzar una renovación de esta sexta generación no han intentado hacer grandes florituras. Un acierto.
Esta actualización suma una imagen con un punto extra de Focus, aunque buscando mantener su identidad propia. Por dentro tampoco hay muchos cambios pero el principal, el cuadro de mandos digital en opción, es un gran avance. No es un avance pero es un punto a reseñar: los mandos físicos de la climatización siguen ahí. Gracias, Ford.
En lo referente a motores, este bloque de 155 CV es el más potente de la gama Fiesta no-ST, y no va a ser el que más se venda casi con total seguridad, pero desde luego que mueve al Fiesta con más alegría de la que cabe esperar. ¿Hace falta este motor en la gama? Pues igual no, pero desde luego que le sienta fenomenal.
Ford Fiesta 2022 - Ficha técnica
Ford Fiesta ST-Line 1.0 Ecoboost mhev |
|
|
---|---|---|
Motor térmico |
|
|
|
TIPO |
Gasolina, cuatro cilindros turbo de 1.0 litros |
|
POTENCIA MÁXIMA |
155 CV a 6.000 rpm |
|
PAR MÁXIMO |
220 Nm a 3.000 rpm |
|
TRANSMISIÓN |
Manual de seis relaciones |
|
TRACCIÓN |
Delantera |
motor eléctrico |
|
|
|
POTENCIA MÁXIMA |
11,5 kW (16 CV) |
|
PAR MÁXIMO |
50 Nm |
dimensiones |
|
|
|
LARGO |
4.069 mm |
|
ANCHO |
1.735 mm |
|
ALTO |
1.484 mm |
|
BATALLA |
2.493 mm |
|
PESO |
1.213 kg |
|
CAPACIDAD MALETERO |
311 litros |
Prestaciones y consumos |
|
|
|
0-100 KM/H |
8,9 segundos |
|
VELOCIDAD MÁXIMA |
219 km/h |
|
CONSUMO HOMOLOGADO |
5 l/100 km |
|
CONSUMO MEDIO PRUEBA |
6,4 l/100 km |
precio |
|
23.673 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Ford. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.