El Salón de París está sirviendo para que las marcas exhiban sus logros en cuanto a motorizaciones alternativas. Si hace un rato hablábamos del Mercedes-Benz Clase B 200 Natural Gas Drive, ahora le toca el turno al Nissan TeRRa, un todoterreno que se vende a sí mismo como el único SUV de cero emisiones. En este caso, es electricidad procedente de una pila de combustible.
En el exterior, con un aspecto muy de concept car, encontramos un SUV compacto y robusto, carente sin embargo de pilar central, que ha sido ideado para abordar el campo y la ciudad. Sus grandes ruedas, su alta cintura, los finos pilares y las ventanas laterales pequeñas propios de un SUV se apoyan en esa línea que marca con contundencia los pasos de rueda para luego estrecharse.
En el interior, la electrónica se combina con la eficiencia energética para dar un espacio que entronca con el mundo digital. El panel de instrumentos ha sido llevado al mundo de las tabletas digitales, proyectando información sobre el comportamiento del vehículo y también sobre la navegación y todo lo relativo al sistema multimedia. Y es con la presencia de esa tableta que el conductor abre las puertas y pone en marcha el coche. Como el R-Link del socio de Nissan, pero dando un paso al frente.
El puesto de mando del TeRRa es novedoso también, y sitúa al conductor de forma adelantada y más centrada respecto al resto de los ocupantes, ganando visibilidad. Se sitúa casi en el centro de una curiosa disposición en diagonal en la que quienes viajan a bordo de las plazas traseras lo hacen ligeramente sobreelevados.
El Nissan TeRRa monta el motor del Nissan Leaf para el tren delantero, mientras que en las ruedas traseras incorpora motores in-wheel heredados de los Nissan Pivo (1, 2 y 3), lo que libera un gran espacio en el interior al no necesitar un túnel para la transmisión de movimiento al eje trasero. Eso da pie a obtener un piso plano y a disponer de un carenado integral de los bajos.
Bajo el maletero se aloja la pila de combustible de hidrógeno, propia de Nissan, una unidad plana y compacta que anuncia una densidad de potencia elevada, de 2,5 kW/L. Este es el resultado de un desarrollo que inició la firma nipona en 1996 y que ha visto reducir sus costes hasta el punto de que estos representen una sexta parte de lo que costaba la pila de combustible anterior, que databa de 2005.
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