El pasado viernes el último Porsche 918 Spyder salió de la línea de producción en Stuttgart-Zuffenhausen, 21 meses después de que el primer hyperdeportivo híbrido de Porsche comenzase a fabricarse. Se termina así con la producción de un coche que según la marca alemana, recoge el legado de innovación en coches deportivos iniciado con modelos como los 904 Carrera GTS, 959, del 911 GT1 y el Carrera GT.
El 918 Spyder, presentado como prototipo en el Salón de Ginebra de 2010, recibió la luz verde para su producción solo cuatro meses más tarde, y desde entonces ha conseguido convertirse en el Porsche más deseado del momento. Yo todavía sueño, muy habitualmente, con aquel copilotaje magnífico en Aldenhoven y con cómo pasaba en segundos de impulsarse gracias a los motores eléctricos a volar a ras de asfalto haciendo gritar a su motor V8 biturbo. Pero lo bueno, es que su legado continuará...
Porque Porsche asegura en la información que ha enviado anunciando el fin de la producción de este modelo, que "esta experiencia también se aplicará en propulsiones híbridas futuras", dando pie por ejemplo a un posible Porsche 911 híbrido e incluso a un superdeportivo que se situaría un escalón por debajo del 918 Spyder, ese que posiblemente se esconde bajo esta sábana.
Algunas soluciones implementadas por primera vez en un coche de producción en el 918 Spyder ya se han aplicado a otros modelos de la gama deportiva Porsche. Hablamos por ejemplo de la aerodinámica activa o el eje trasero direccional que ya equipan los 911 Turbo, el 911 GT3 y el 911 GT3 RS.
Así pues, nos entristece que un coche como este deje de producirse, pero al menos queda el legado de las 918 unidades producidas y todos podremos soñar con poder montar en alguna de ellas algún día.
En Motorpasión | Así se fabrica(ba) un Porsche 918 Spyder