Que los híbridos y eléctricos son el futuro de la industria del automóvil es ya una realidad, pero aún muchos fabricantes no tienen claro el rumbo que tomarán con sus productos, sobre todo mientras evolucionan las actuales tecnologías y se mejoran las posibilidades de estos modelos electrificados.
Porsche, por ejemplo, lleva tiempo pensando en futuros deportivos eléctricos, incluido un hipotético Porsche 911 eléctrico puro, y es que los responsables del Grupo Volkswagen en su conjunto quieren que todo modelo de su oferta tenga una versión eléctrica para el año 2030.
El responsable de investigación y desarrollo de Porsche, Michael Steiner, ha afirmado con ocasión del Salón de Frankurt que, aunque Porsche fabricó un prototipo Boxster eléctrico, no estuvieron contentos con el comportamiento del coche debido al peso de las baterías de litio.
Además, Porsche se está encontrando problemas a la hora de ubicar la batería en ese hipotético Porsche 911 eléctrico, ya que es complicado posicionarla sin comprometer el bajo puesto de conducción o los asientos traseros. Una posible solución serían las baterías en estado sólido.
"Los deportivos eléctricos funcionarán muy bien en aceleración longitudinal, pero el peso es una desventaja en términos de comportamiento. Cuándo se hará realidad depende de la evolución de la capacidad de las baterías y la densidad de las celdas. Creemos que tiene potencial una nueva tecnología de baterías que está en camino y que podría cambiar las reglas del juego, aunque está aún en desarrollo", afirma Steiner, en alusión a las baterías en estado sólido.
La clave de las baterías en estado sólido
Porsche no es el único fabricante que espera con ansia el avance de esta tecnología de baterías, y es que otras grandes marcas como Toyota y BMW ya trabajan en esta misma dirección. Pero... ¿qué son las baterías en estado sólido y qué ventajas tienen con respecto a las actuales?
Muchos expertos aseguran que en poco más de dos años las baterías en estado sólido estarán en el mercado, y podrían revolucionar las capacidades de los eléctricos. Se diferencian de las baterías convencionales en que las celdas no están llenas de líquido conductor de electricidad, sino de un compuesto sólido (de ahí el nombre, claro).
Aunque podrían ser algo más grandes y pesadas que las baterías que conocemos, esta tecnología promete una mucha mayor capacidad (hasta el doble, dicen), tiempos de recarga bastante más rápidos, una vida útil mucho más larga y, además, una seguridad mayor, ya que se reduce drásticamente el riesgo de incendio o explosión.
En Xataka | Baterías en estado sólido: ¿qué son y qué ventajas tienen frente a las de litio?