En un concesionario compra-venta de São José (Santa Catalina, Brasil) alucinaron cuando un cliente se presentó con 13 garrafas llenas de monedas con 17.000 reales para comprar un coche. Sí, has leído bien: un coche.
Más asombroso aún es que el concesionario aceptara así el pago, pero el caso es que se pasaron más de un día contando monedas pequeñas. Había estado años ahorrando este capital. En España no habría podido hacerlo.
"Nos quedamos aterrorizados cuando vimos las monedas"
El coche en cuestión era un Honda City del 2015 y su precio era de 65.000 reales brasileños, unos 10.600 euros al cambio actual. El cliente había estado cuatro meses en contacto con este concesionario y fue días antes para ver el coche. Así, el pasado lunes 19 de agosto se presentó en el local para formalizar la compra.
Fue cuando abrió el maletero y empezó a sacar las garrafas plagadas de monedas, un total de 17.000 reales en monedas de entre 5 céntimos y 1 real. El resto lo abonó a través de Pix, un sistema de pago electrónico brasileño.
Según recoge el medio brasileño G1 en su magazine 'Bom Dia Santa Catarina', John Raupp, gerente de este concesionario de coches usados, comenta que en los 14 años que lleva regentando el establecimiento nunca había visto una situación similar. Lo que no extraña. "Nos quedamos aterrorizados cuando vimos las monedas", comenta. Debió ser todo un cuadro verle sacar las garrafas ante la atónita mirada del personal.
El problema fue contar todo el dinero, claro. Y tardaron lo suyo: pasadas 36 horas de la compra, aun estaban en ello. "Estuvimos mucho tiempo contando el dinero. Teníamos mucho clientes y otras negociaciones en marcha", explica Raupp a Correio.
El cliente, que no ha querido revelar su identidad, ha comentado que es la segunda vez que hace un generoso pago así. Y ahora comenzará a ahorrar de nuevo, aunque lo hará con monedas de al menos 1 real porque hacerlo a céntimos "es mucho volumen".
Sea como fuere el concesionario se fio del cliente pese a que en el momento de la compra no pudo cuantificar si efectivamente había 17.000 reales en las botellas. Precisamente porque había estado en contacto previamente. El comprador ya advirtió que parte del pago lo haría en metálico, pero obviamente no se imaginaban que lo haría de esta manera.
Aquí en España, no podría haberlo hecho: el límite máximo para pagos en efectivo es de 1.000 euros, según se estipula en la Ley 11/2021, del 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal. Aunque el límite es mayor si es entre particulares. No era el caso ya que se lo compró a una empresa. 17.000 reales al cambio, por cierto, son unos 2.770 euros.
Foto: Bom Dia Santa Catarina (G1).
