Parece increíble pero un hombre prendió fuego a su propio coche ayer, delante del parque de bomberos de Urioste (Ortuella). Al parecer el hombre condujo el coche (un SEAT Ibiza de la generación anterior) hasta el lugar sobre las tres de la tarde.
Acto seguido, roció el coche con gasolina y le prendió fuego, lo que provocó la intervención de los bomberos, que sin embargo no pudieron impedir que el coche quedara completamente calcinado.
Según los presentes el hombre parecía alterado, y más tarde fue trasladado al hospital de Cruces para recibir ayuda psicológica. Lo que más me apena de este caso es que quizá el hombre desconocía que aunque no haya coche que embargar, la deuda sigue estando vigente.
Tanto si el coche iba a ser embargado porque no era capaz de hacer frente a las letras, como si formaba parte del pago de otro tipo de deuda, este pobre hombre ha destruido miles de euros, que de otra manera le podrían haber servido para hacer frente a una parte de la deuda contraída.
La sensación que tengo es completamente opuesta a la que supongo que experimentamos todos cuando el coche que vemos arder es un vehículo de lujo, cuyo propietario no tardará en reponer (sin mucho esfuerzo en la mayoría de los casos). Sinceramente no logro imaginarme lo desesperado que se puede llegar a estar para prenderle fuego a tu propio coche.
Nota: la fotografía mostrada no corresponde al caso del que estamos hablando, aunque se trate igualmente de un SEAT Ibiza
Vía | El Correo, Diariomotor
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