Quien ha conducido lo suficientemente deprisa y se ha topado con un cambio de rasante muy agudo, habrá sentido literalmente la sensación de volar. Las cuatro ruedas del coche quedan suspendidas en el aire y el motor se revoluciona durante un instante, antes de llegar al suelo. Divertido, pero peligroso.
Uno de los puntos del circuito de Nürburgring más propensos para experimentar ese fenómeno es el final de una recta conocida como Flugplatz, aeropuerto en alemán. Tras haber podido poner el coche a una velocidad muy alta, un rasante puede hacernos volar, y si no calculamos bien el aterrizaje, se puede poner la cosa peliaguda.
En Autoblog han hecho un recopilatorio de fotos espía en la que vemos que hasta los superdeportivos más curtidos vuelan, como el Chevrolet Corvette Cuanto peor es la suspensión o mayor la velocidad, mayor es el tiempo de vuelo. Pero más vale que sea buena suspensión, porque retomar el contacto con el asfalto es mucho esfuerzo para los amortiguadores.
Consulta el enlace para ver la galería, son 24 instantáneas. La mejor, la del Porsche Panamera. Por cierto, el nombre del tramo no le viene tanto por ser una pista de despegue, sino por la cercanía de un aeródromo hace bastante tiempo.
Fotografía | Dennis Yang
Fuente | Autoblog (acceso directo a galería)
En Motorpasión | Los coches también pueden volar