Los problemas derivados por la escasez de materias primas, semiconductores, trabas al transporte y demás piedras en el camino que está tratando de sortear el sector del automóvil y, que han causado interrupciones significativas en la cadena de suministro global desde que surgió la pandemia de COVID-19, tienen un nuevo aliado en Australia. Más bien muchos: concretamente, una desagradable plaga de chinches.
Estos pequeños invasores, según informa ABC News, están retrasando las entregas de coches hasta en un mes, mientras los importadores trabajan para fumigar los contenedores donde se han detectado los insectos.
Más retrasos en las entregas de coches nuevos
Esta plaga que suma un mes más a los retrasos en las entregas de coches nuevos en Australia, parece un giro de guion de ese tipo de películas que copan la programación de las principales cadenas de televisión los fines de semana, pero la realidad en ocasiones supera con creces a la ficción.
Y no es que sea la primera vez que sucede algo así en el mundo (sirva de ejemplo la araña que causó una llamada a revisión masiva en Mazda en 2014), pero ¿cómo es posible que una plaga de chinches esté ocasionando tal desastre en la actualidad?
Cada año, el departamento federal de bioseguridad australiano trabaja para fumigar los contenedores donde llegan los coches que se importan. Además, la temporada de chinches se extiende de septiembre a abril, lo que significa que en ese periodo de tiempo se aplican reglas de bioseguridad más estrictas a los buques y mercancías de países que ya podrían haber sido invadidos, incluidos los EE.UU. y algunos países de Asia y Europa.
Pero hemos de tener en cuenta que los barcos contenedores viajan por todo el mundo e igual que los chinches han llegado a los puertos australianos, pueden llegar a cualquier parte. Estas plagas, que son agresivas e invasivas, pueden permanecer inactivas durante meses en las grietas de los contenedores que contienen los coches e incluso meterse en los propios coches, lo que dificulta aún más su detección y eliminación.
La capacidad de las chinches para volar y alimentarse de una amplia gama de plantas hospedantes, “les permite propagarse rápidamente cuando se introducen en nuevas áreas", según el jefe de bioseguridad del Departamento Federal de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de Australia, Andrew Tongue. Esto obliga a que las fumigaciones en los puertos sean exhaustivas y se demoren en el tiempo hasta cuatro o cinco semanas.
Estos retrasos aumentan el descontento entre los compradores y se suman a los que ya había a consecuencia de los problemas que sufre la cadena de fabricación de vehículos a nivel mundial al otro lado del mundo. Los tiempos de espera promedio para recibir un coche nuevo desde que se compra varían según el modelo. Por ejemplo, según el vicepresidente de ventas de Toyota Australia, Sean Hanley, las entregas de coches de su marca “ya se demoran unos cuatro meses”, pero pueden llegar a ser seis.
Por el momento estos retrasos no han impedido que los australianos compren coches nuevos, pues las ventas han crecido un 21 % durante el mes de septiembre en comparación con el año pasado llegando hasta los 83,312 vehículos según datos de la Cámara Federal de la Industria Automotriz australiana. De no controlar problemas como el caso de la plaga de chinches que están atravesando, estos datos podrían cambiar o, peor aún, podrían extenderse.
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