El líder de la Fórmula E, Sebastien Buemi, casi logra este sábado la increíble hazaña de arrancar último desde la parrilla de salida y ganar la carrera disputada en el ePrix de Buenos Aires, cuarta prueba puntuable para el campeonato del mundo de los monoplazas eléctricos.
La carrera de Buemi fue sencillamente espectacular. Es más que evidente que a los mandos del hoy por hoy mejor coche de la parrilla, el Renault e.dams, pero sin desmerecer la habilidad que un piloto debe tener para deshacerse de 16 coches que inicialmente están por delante de ti.
Sam Bird logra la victoria con su DS virgin DSV-01
Con el único piloto que no pudo, aunque lo intentó durante las 5 vueltas finales, fue con el sorprendente poleman Sam Bird, que dio una clase magistral de gestión de energía y de defensa de la posición en pista con su DS Virgin DSV-01 y se aseguró una victoria incontestable de principio a fin.
Es cierto que los problemas sufridos por pilotos rápidos que hubieran puesto las cosas difíciles a Buemi, como Nicolas Prost pilotando el otro Renault o Antonio Félix da Costa con su Aguri, ayudaron, como también lo hizo la salida del Safety Car. Pero sin ir más lejos, tampoco se le vio muy apurado para adelantar en pista al que tendría que haber sido el gran beneficiado de los problemas de Buemi: Lucas di Grassi.
El brasileño, que podría haber salido líder del campeonato de Buenos Aires, vio como Sebastien Buemi le robaba con facilidad la segunda posición en la que se encontraba al final de carrera, y de este modo se dejó escapar unos cuantos puntos más que le alejan ya a cuatro de distancia en la general del Renault e.dams del suizo.
