Los países occidentales siguen utilizando sus “armas” políticas para frenar la expansión del coche eléctrico chino. Después de los aranceles, Estados Unidos ha metido al mayor fabricante de baterías del mundo, el gigante chino CATL, en una lista negra.
A efectos prácticos, esta decisión no debería suponer ningún problema para CATL a nivel empresarial, pero sí puede afectar a su reputación.
CATL no está de acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos
El Departamento de Defensa de Estados Unidos acaba de incluir en su lista de “empresas militares chinas” a Contemporary Amperex Technology (CATL), el mayor fabricante de baterías para coches eléctricos del mundo. Modelos eléctricos de BMW, Daimler AG, Hyundai, Honda, Li Auto, NIO, Polestar, Stellantis, Tesla, Toyota, Volkswagen, Volvo o XPeng.
En lo que respecta a España, CATL va a invertir 4.100 millones de euros junto con Stellantis para traer a Zaragoza una fábrica de baterías con tecnología china, la mayor gigafactoría de España.
Todavía está por ver de qué forma le afecta a CATL que Estados Unidos considere que es una empresa militar, pero es algo que podría interferir en las inversiones de CATL fuera de China y en las relaciones de esta empresa con otras compañías, incluidas algunas americanas, como Tesla, especialmente ahora que han crecido las tensiones militares en todo el planeta.
Lo único que supone esta decisión en el ámbito empresarial, más allá de los efectos que tenga a nivel de reputación, es que el Departamento de Defensa de Estados Unidos no puede hacer negocios con una compañía que esté incluida en esta lista negra.
El año pasado Estados Unidos metió en esta lista a DJI y en 2025, además de a CATL, también ha metido a Huawei y a la tecnológica china Tencent, los dueños de la empresa de League of Legends, que ha caído en bolsa más de un 7%. Tencent también ha calificado de error la decisión del Pentágono, como CATL. Por su parte, las acciones de CATL han caído un 7,85% desde el 7 de enero apareció en la lista negra.
Enseguida, CATL ha reaccionado a esta decisión tomada por el Péntagono estadounidense y ha emitido un comunicado:
“Nos enteramos de que el Departamento de Defensa de los EE. UU. había designado a CATL como "Compañía Militar China" el 7 de enero de 2025.
CATL nunca ha participado en ningún negocio o actividad relacionada con lo militar, por lo que esta designación por parte del Departamento de Defensa es un error. No restringe a CATL de realizar negocios con entidades distintas del Departamento de Defensa y se espera que no tenga un impacto sustancialmente adverso en nuestro negocio. Nos comunicaremos de manera proactiva con el Departamento de Defensa para abordar la falsa designación, incluidas las acciones legales si es necesario, para proteger los intereses de nuestra empresa y de los accionistas en su conjunto”.
Cuando el coche chino no tenía ningún peso en la industria del automóvil global, no era un problema para nadie, pero eso ha cambiado. Hace solo unos años, antes de la pandemia del coronavirus, el coche chino empezó a ser una amenaza y ahora se ha convertido en un problema muy serio para los fabricantes tradicionales.
Inevitablemente, el coche chino también ha pasado a ser un dolor de cabeza para los países occidentales y ahora es un asunto más de la agenda política de muchos gobiernos. La industria del automóvil mueve mucho dinero y que el coche chino esté expandiéndose tanto y tan rápido no es bueno para la economía de los países que tienen las marcas de coches tradicionales que han dominado la industria hasta ahora.
Dicho de otra forma: hay tanto dinero en juego en la industria del automóvil y el coche chino da tanto miedo a los países occidentales que sus gobiernos están moviendo ficha para proteger sus intereses e intentar frenar su expansión a través de la política. Lo cierto es que, en pleno 2025, puede que ya sea demasiado tarde, pero algunos países se han propuesto utilizar toda su artillería política pesada.
El año pasado lo vimos con los aranceles de Europa, Estados Unidos y Canadá al coche eléctrico chino. Unos meses después, queda claro que no es suficiente para frenar a la industria del automóvil china, así que Estados Unidos ha decidido ir más allá.
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Imagen: Motorpasión y The Digital Artist
