Aunque el Toyota Motor nunca lo ha apostado todo al coche eléctrico y siempre ha sido más cauta y pragmática que otras marcas con su estrategia, parece que ha llegado el momento de dar un primer paso: el Grupo construirá su primera planta operada de forma independiente en China y producirá allí vehículos eléctricos de Lexus, según el medio nipón Nikkei.
Este giro de 180 grados de la estrategia de Toyota, que hasta ahora apostaba por los coches que más demandan los consumidores, con los híbridos a la cabeza, tendría un objetivo claro: tener un mayor control de su negocio en el mayor mercado de coches eléctricos del mundo. Según Reuters, el fabricante japonés espera tener su fábrica en funcionamiento para 2027.
Un paso muy meditado para mantenerse en el mayor mercado de coches eléctricos
Hasta ahora, Toyota había trabajado en China a través de empresas conjuntas con fabricantes locales como GAC Group y FAW Group, pero al levantar su primera fábrica propia en Shanghái y gestionarla de forma independiente, podrá reducir gastos y tener un mayor control de sus operaciones en Asia. De paso, podrá ganar músculo frente a rivales como BYD y otras marcas chinas.
Aunque por el momento Toyota no lo ha confirmado, en principio y según lo comunicado a Reuters por distintas fuentes cercanas a la marca, la nueva fábrica de coches eléctricos del Grupo Toyota “producirá principalmente coches Lexus para el mercado chino”, donde el fabricante vendió alrededor de 180.000 vehículos en 2023.
Para operar en China de forma independente, Toyota Motor podría negociar un tratamiento similar al que Tesla ha disfrutado durante años en el país, incluyendo exenciones fiscales, concesiones de tierras y el apoyo político para poseer y controlar directamente su factoría de Shanghái sin la necesidad de un socio de empresa conjunta.
Toyota Motor es el mayor fabricante de automóviles del mundo, pero su cuota en China ha disminuido, al igual que la de otros fabricantes japoneses, debido al constante crecimiento de los fabricantes chinos. El pasado mes de noviembre la compañía ya dijo que su objetivo era “fabricar al menos 2,5 millones de vehículos al año en China para 2030”, con la esperanza de ganar terreno frente a los rivales locales.
Como parte de esa estrategia, la marca acaba de abrir en China los pedidos anticipados del SUV eléctrico Toyota bZ3X, cuyo precio inicial es competitivo: 13.179 euros (100.000 yuanes). Además, el Grupo planea actualizar todos los modelos Lexus que produce en todo el mundo a vehículos eléctricos para 2035.
Así, mientras Toyota lucha una vez más contra la corriente para no perder un trozo de pastel en China, otros fabricantes de coches japoneses, que siguen fabricando vehículos con motor de combustión, están teniendo dificultades en el mercado chino, donde las marcas locales de coches 100 % eléctricos están librando una dura guerra de precios. En octubre del año pasado, Mitsubishi Motors decidió retirarse de China. Este año, Nissan Motor y Honda Motor cerraron algunas de sus fábricas en el país.