Cada vez que el CEO de FCA, Sergio Marchionne, da una rueda de prensa, la esfera automotriz coge aire y no lo suelta hasta que el italiano no acaba su discurso. Ayer confirmaba que la idea de un Ferrari SUV no estaba tan mal después de todo, aunque tardará 30 meses en decidir si la balanza se inclina del lado de la exclusividad y la pureza o de la rentabilidad ante una escasez de productos.
También vertió un cubo de agua sobre los humeantes rumores que apuntaban a la china Great Wall como la próxima dueña de Jeep. "Es incorrecto asumir que el futuro de FCA depende de hacer un trato", dijo, y recalcó además que bajo su mandato no habrá un Ferrari eléctrico.
Jeep seguirá su camino de la mano de FCA. ¿Eléctricos? Nein
En recientes declaraciones a Bloomerg, Marchionne ha admitido que de aquí a 2020 no tendrán más remedio que electrificarse, pero si le preguntan si esa es la solución, ahora la respuesta es un rotundo no. Según reveló, FCA perdió entre 2010 y 2011 20.000 dólares con cada versión eléctrica del Fiat 500, el Fiat 500e. Así que bajo su dirección no habrá un Ferrari puramente eléctrico; antes apostaría por la pila de combustible de hidrógeno.
Para el italiano, su mayor temor radica en quedarse atrás en una carrera con competidores tan fugaces como Tesla: "Somos una industria muy lenta; para nosotros tomar una decisión implica tomarla para siempre". En contraste, Tesla "se mueve a la velocidad de un cohete" a la hora de tomar decisiones, ha dicho.
Al italiano le gusta el trabajo de Elon Musk, pero no está muy convencido de la viabilidad económica del modelo que está lanzando, el Tesla Model 3. Cree de que no existe un modelo económico viable para producir coches eléctricos y obtener ganancias.
El CEO de FCA se jubilará en 2019, y quiere centrarse en la estrategia de aquí a cinco años: alcanzar metas de eliminación de deuda para 2018, desarrollar el plan de negocios de Fiat Chrysler hasta el 2022 y encontrar a su sucesor.
Ante el revuelo causado por una posible venta de Jeep al gigante del motor en China Great Wall (séptimo mayor fabricante de automóviles en China, con una cuota de mercado del 3,8 %), Marchionne ha querido dejar claro que no habrá venta. Según el CEO, un acuerdo con Great Wall no tendría sentido, al menos hoy, porque las dos compañías no tienen superposición de mercado y no lograrían mayor escala juntos.
Además aludió a "cuestiones delicadas" en cuanto a las fusiones transnacionales: se refiere a lo que supondría para los fans de Jeep y para el presidente Donald Trump que un icono americano como Jeep se vendiera al enemigo comercial número uno de Estados Unidos y principal artífice del cuento [chino] del calentamiento global para restar competitividad: China.
Reiteró que FCA sería más rentable al combinarse con otro fabricante, pero no ha recibido ninguna oferta de un pretendiente que cumpla sus requisitos, por lo que se está centrando en una estrategia independiente. Tras las declaraciones, las acciones de Ferrari subieron un 2,9 % y las de FCA un 1,4 %. A los inversionistas les gusta el chocolate espeso.
Ferrari presentará un nuevo plan quinquenal, que se extenderá hasta 2022 en el primer trimestre de 2018. Para entonces, la industria automotriz estará sumida en cumplir con los estándares medioambientales impuestos en Europa, y Ferrari tendrá que haberse replanteado dar el salto a motores híbridos y eléctricos si no quiere perder una carrera en la que los caballos no cuentan.