Circular con un coche diésel en París va a ser cada vez más complicado. Desde el pasado 1 de octubre la venta de gasóleo está prohibida en las cuatro principales gasolineras de París. Adoptada en junio de 2024, pero puesta en marcha a partir del 1 de octubre de 2024, esta medida del ayuntamiento en acuerdo con el área metropolitana de París hará que a término ninguna gasolinera parisina pueda vender gasóleo.
Esta nueva medida forma parte de la lucha de la ciudad contra la contaminación atmosférica y está en consonancia con el compromiso de campaña de la alcaldesa Anne Hidalgo que prometió eliminar el gasóleo de la capital.
Ya no hay diésel
Cuatro gasolineras situadas en los límites norte y sur de una ciudad de más de dos millones de habitantes y con más de 40 gasolineras aún en servicio, puede no parecer gran cosa. Sin embargo, según Le Parisien, estas cuatro gasolineras situadas en el “periférico”, la autopista de circunvalación de la capital francesa, dispensan 750.000 repostajes al año, es decir, la mitad del gasóleo que se consume en París.
Al limitar el número de puntos de repostaje, el ayuntamiento espera así reducir la contaminación atmosférica y eliminar el diésel de la ciudad. Esta prohibición de la distribución es, por tanto, una forma que tiene el ayuntamiento de restringir la circulación de vehículos diésel, en un momento en que la aglomeración de París ha aplazado hasta principios de 2025 la exclusión de la circulación de 380.000 vehículos considerados muy contaminantes en el marco de su zona de bajas emisiones.
Ante las críticas, desde el ayuntamiento recuerdan que sólo son cuatro gasolineras “de las 15 [de Total] que hay en la ciudad”. Con el tiempo, las otras 11 estaciones Total también deberían verse afectadas por la prohibición. La prohibición se hará de forma gradual, a medida que lleguen las fechas de renovación de licencias. Aunque aún no se ha fijado ninguna fecha, es probable que el proceso dure varios años.
“El gasóleo emite micropartículas, que contribuyen en gran medida a la contaminación atmosférica y son responsables de 8.000 muertes al año en la región de París”, recuerdan desde el ayuntamiento. Y añaden que París es una de las ciudades con la mayor oferta y densidad de transporte público por lo que "va siendo hora de abandonar el diésel".
El problema es que la mayoría de usuarios de diésel que entran y salen de París lo hace por razones profesionales, no son particulares. Así, aunque el consistorio parisino ya no tiene vehículos diésel en su parque móvil desde 2020, todavía son muchos los profesionales, las empresas y administraciones públicas galas que tienen numerosos vehículos diésel en su parque móvil, empezando por los servicios de emergencia.
De hecho, según el diario parisino, una parte importante del gasóleo distribuido en esas cuatro gasolineras era para los servicios públicos. Además de la policía, son clientes habituales los bomberos, las ambulancias, las empresas de transporte público de la capital y los servicios de correos, así como los de recogida de basuras, mantenimiento del alcantarillado, los servicios de agua, electricidad, telecomunicaciones, etc.
Más allá de la dificultad de repostar gasóleo en esas cuatro grandes gasolineras, a priori la medida parece poco efectiva y destinada esencialmente a colgarse una medalla. Y es que, simplemente, quien circule con un diésel irá a repostar en otra gasolinera, aunque sea más pequeña y le genere algunos contratiempos. Eso sí, es probable que para ello tenga que recorrer más kilómetros, generando así más emisiones y más microparticulas.
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