En 2008 los fabricantes de coches lo pasaron muy mal, las ventas bajaron y empezaron a tener acumulación de coches sin vender. En el caso de una posible recesión en Europa, que puede aparecer antes de 2013, estarían un poco mejor preparados. Al menos, esa es la opinión de la agencia de calificación Fitch.
Para amortiguar las consecuencias del desastre, se han hecho tres cosas: optimizar sus procesos de producción, diversificar mercados (vender fuera) y tener más dinero líquido. El mejor ejemplo de no haber hecho estos deberes es Saab. Si Europa empieza a caer, no les pillará con los pantalones bajados de nuevo.
Los mercados emergentes están cobrando más importancia, de ahí que el impacto de una bajada de ventas en Europa sea más soportable. También hay que considerar que el aumentar la plantilla de empleo temporal favorece los ajustes, perdón, despidos por razones productivas. Vamos, que son más flexibles.
Durante 2008 la movida fue de aúpa. Recordemos que General Motors y Chrysler tuvieron que ser rescatadas con el dinero de la Reserva Federal de EEUU, y en Europa varios fabricantes necesitaron un capote de sus respectivos gobiernos. La próxima vez, si la hay, las cosas serán diferentes.
Vía | Automotive News
