España y otros vecinos europeos como Francia están viviendo una escalada de precios en los combustibles con cifras que no se veían desde hace un año. Y en el caso de España, con el diésel más caro que la gasolina. De fondo, una estrategia coordinada de Rusia y Arabia Saudí para seguir estrangulando la producción de crudo, a lo que se unen las estrategias de cada estación de servicio.
En este sentido, estamos volviendo a ver una 'guerra de descuentos' por parte de las gasolineras para fidelizar clientes, a la que ya se han unido Repsol, Galp y Cepsa.
La letra pequeña de los descuentos
Repsol: descuentos de hasta 40 céntimos por litro. Hasta el 15 de octubre, los clientes que utilicen la app Waylet de la petrolera para pagar obtienen 10 céntimos de descuento por litro y un 6 % de descuento por recargar el coche eléctrico en puntos de carga públicos.
Si además se tiene contratada tarifa de luz, el descuento se duplica hasta los 20 céntimos por litro y el 100 % del importe de las recargas de batería en un coche eléctrico. El descuento sube hasta los 30 céntimos con el plan Coche, Luz y Calefacción y hasta los 40 con placas solares.
Galp: 35 céntimos por litro menos. Tras el anuncio de Repsol, Galp se ha unido a la guerra de precios y ofrece una rebaja de 20 céntimos por litro hasta el 31 de octubre, eso sí, a miembros de su programa de fidelización. A esos 20 céntimos se le añaden otros 15 si se reposta carburantes de la gama Evologic, con un límite de 30 litros por repostaje.
Cepsa. Los miembros del club Cepsa Gow obtienen 5 euros de bienvenida, y con cada repostaje se acumulan 5 céntimos por litro al repostar Star, GLP y AdBlue y 6 céntimos por litro si repostas Óptima. Si compras en la tienda o utilizas su sistema de lavado podrás acumular 5 céntimos por litro y si recargas obtendrás 2 céntimos por kWh.
En este contexto, se ha demostrado que las ayudas públicas a la compra de combustibles no ha llegado en su totalidad a los consumidores: más de uno de cada cinco euros acabó en manos de las gasolineras, que además se enriquecieron a costa de inflar artificialmente los precios.
Un estudio elaborado por los economistas Juan Luis Jiménez y José Manuel Cazorla-Artiles, en el que de desprende que esta subvención generó un sobreprecio en el diésel que hizo que al menos un 17% del dinero empleado en costear la ayuda acabara en manos de las gasolineras, que dispararon sus beneficios en plena guerra en Ucrania.
En diciembre de 2022, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia abrió una investigación a Repsol, Cepsa y BP por "posibles prácticas anticompetitivas" relacionadas con los descuentos a los carburantes.