No solamente los coches pueden recuperar la energía cinética de la frenada, los trenes también. Así, ADIF (el ADministrador de Infraestructuras Ferroviarias) vuelve a recuperar un proyecto iniciado hace unos años y llamado “ferrolineras”. Consiste en instalar** puntos de recarga para coches eléctricos** a lo largo de su red ferroviaria. Pero en lugar de simplemente usar al energía que fluye por las catenarias de los trenes, estos puntos de carga usarían la energía cinética generada por los trenes al frenar en las estaciones.
"Estamos diseñando el programa de negocio, pero no solo lo vamos a poner en nuestras zonas, en nuestro perímetro de actuación en las grandes ciudades", explicó hace unos días en la COP25 la presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera. El objetivo, dijo, es aprovechar "la capilaridad de nuestra red, tanto convencional como de alta velocidad".
ADIF desarrolló y patentó hace unos años un dispositivo capaz de recoger y suministrar la energía que los trenes generan al frenar y que permitiría recargas rápidas. Al dispositivo de ADIF se añadirían placas fotovoltaicas y una conexión a la red eléctrica general.
El sistema de ADIF consiste en un dispositivo por volante de inercia que permite almacenar y liberar la electricidad. La idea es que un tren al frenar genera unos 25 kWh que devuelve a la catenaria, esa energía alimenta el motor del volante de inercia que la almacena (también se podrían utilizar supercondensadores para ello, según ADIF).
Cuando el volante de inercia recibe la consigna de descarga, el motor se comporta como un generador y libera la energía para recargar la batería de un coche o bien de nuevo hacia la catenaria y su vez al tren o incluso hacia la red eléctrica general.
Puntos de carga en cada estación de tren y a lo largo de la red ferroviaria
Según los responsables del proyecto, cada estación puede producir unos 180 kWh por día solamente con la energía de las frenadas. Actualemente, ADIF cuenta con dos estaciones de carga pública que sirven de prueba piloto. Una está en Málaga, en la estación María Zambrano, y que funciona desde septiembre de 2018, y la segunda en Santander, desde marzo de 2019. Sin embargo, solo la de Málaga está plenamente operativa, pues en la de Santander todavía hay que conectarla a la Catenaria.
Según ADIF, «el proyecto presenta un importante potencial de desarrollo e implantación que contribuirá a impulsar el uso del vehículo eléctrico y la mejora de la sostenibilidad medioambiental, gracias a la posibilidad de instalar puntos de carga en la red ferroviaria española, que cuenta con 13.000 km de extensión y más de 1.500 puntos susceptibles de aprovechamiento por el sistema».
Combinar la red eléctrica de ADIF con puntos de carga tendría un coste muy bajo. La mayor parte de la infraestructura ya existe, en algunos casos correr paralela a las carreteras, además de poder instalara puntos de carga en casi todas las estaciones de ADIF, ya sea en los centros de las ciudades, en las afueras e incluso en poblaciones pequeña.
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