La incertidumbre en las ventas de coches eléctricos está haciendo replantearse su estrategia a muchas marcas. Muchos fabricantes de automóviles están dando marcha atrás con respecto a sus objetivos de ventas coches eléctricos ante una demanda que, en Estados Unidos y sobre todo en Europa, se ha ido estancando en los últimos meses.
En 2035, en principio, la prohibición de la venta de coches nuevos gasolina entrará en vigor en Europa. Eso es si en 2026, año en el que está previsto una revisión de esa norma, no se termina retrasando, o incluso abandonando. Habida cuenta del descenso de las ventas en algunos mercados europeos y la apuesta por los híbridos al mismo tiempo que las marcas rebajan sus objetivos de ventas de eléctricos, da la sensación que las marcas se preparan para un escenario en el que la prohibición se retrasará.
Estas son las marcas que se han replanteado sus estrategias con respecto al coche eléctrico
De Aston Martin a Volvo pasando por Mercedes o Volkswagen, repasamos la lista de casi todas las marcas occidentales, japonesas y coreanas que han revisado a la baja sus objetivos de ventas de coches eléctricos. En algunos casos, con consecuencias inmediatas sobre la continuidad de fábricas o de modelos.
Toyota tiene la fama de no ser precisamente una marca que haya apostado por el coche eléctrico con el mismo entusiasmo que el resto de la industria. De hecho, en 2023 vendió más de 100.000 coches eléctricos, lo cual representa menos del 1% de los 11 millones de coches que vendió el año pasado. Y sin embargo, es una de las marcas que más cerca está de conseguir industrializar las baterías de estado sólido, pero eso no será hasta 2027 o 2030. La marca nipona se toma las cosas con calma. Y ahora, con más calma aún.
Toyota mantiene su intención de producir 1,5 millones de coches eléctricos al año para 2026 y 3,5 millones para 2030. No obstante, precisó que estas cifras no eran objetivos, sino puntos de referencia para los accionistas. Una referencia que implicaría alcanzar la producción de Tesla o BYD en menos de dos años.
Hyundai, el tercer fabricante mundial de automóviles, va a duplicar el número de sus modelos con motorización híbrida, pasando de 7 a 14 modelos. Hyundai aumenta así su objetivo de ventas mundiales de coches híbridos en un 40%, hasta 1,33 millones de unidades en 2028. Pero no abandona su objetivo de vender 2 millones de coches eléctricos para 2030. Más híbridos, sí, pero manteniendo su compromiso con los coches eléctricos.
Mercedes, que empezó paralizando el desarrollo de cualquier motor nuevo de gasolina ha tenido que rebajar y retrasar sus objetivos de ventas de eléctricos. El que es considerado el inventor del automóvil dijo en febrero que las ventas de vehículos eléctricos e híbridos, representarían hasta el 50% del total en 2030. Ha retrasado su objetivo cauteloso unos cinco años, pues esperaba alcanzar ese objetivo dentro de unos meses, en 2025.
Si bien está teniendo un relativo éxito con sus modelos de acceso a la gama, como el Mercedes EQA, su buque insignia eléctrico, el EQS, está siendo un fracaso comercial. Llegan al mercado como matriculados por los concesionarios y pierden la mitad de su valor en menos de un año. También ha ralentizado sus planes de capacidad de celdas de baterías al desinflarse la demanda de coches eléctricos.
Ford redujo en agosto el porcentaje de gasto de capital anual previsto dedicado a los eléctricos de un 40% a un 30%, dado su creciente énfasis en los híbridos. Canceló un SUV de siete plazas eléctrico y retrasó la llegada del nuevo Ford F-150 lightning, mientras en Europa debe recurrir a Volkswagen para poder disponer de nuevos modelos eléctricos más allá del Ford Mustang Mach-e, como el Ford Explorer o el Ford Capri.
En el grupo Stellantis, varios son los modelos que debían ser únicamente eléctricos en la mayoría de sus mercados, como el Jeep Avenger o el Fiat 600, y han acabado siendo esencialmente híbridos con unas pocas ventas de eléctricos. La situación de algunos modelos eléctricos es un tanto dramática, como el Opel Corsa E o el Fiat 500 eléctrico, cuyas ventas se hunden. En el caso de este último, Fiat ha incluso decidido pausar la fabricación del Fiat 500e durante cuatro semanas ante la falta de demanda.
En cuanto a Renault, a principios de 2022, el director general Luca De Meo dijo que todas las ventas de la marca Renault en Europa serían totalmente eléctricas para 2030, pero dos años más tarde el objetivo cambió cuando el director general de la marca Fabrice Cambolive dijo a Automotive News Europe que Renault estaba viendo una estrategia doble de ofrecer eléctricos y coches con motor de combustión para los próximos 10 años, por lo tanto, más allá de 2030.
Pero sin duda los dos casos más llamativos son los de Volkswagen y Volvo, dos marcas históricas que han sido las primeras en apostarlo todo al coche eléctrico y las más vocales al respecto. La marca sueca aseguraba poder vender un 50% de coches eléctricos en 2025 y el 100% de coches eléctricos en 2030. Ese ambicioso objetivo se ha enfriado: ahora anuncia justo lo contrario, que retrasará sus planes de ser una marca 100 % eléctrica. Para ello se encomendará también a los híbridos, como están haciendo otros fabricantes.
En el caso de Volkswagen, la situación se nos antoja un tanto dramática cuando su director financiero le da dos años para enderezar el rumbo antes de que el daño sea irreversible. Para ello, la dirección del grupo quiere cerrar dos fábricas de coches, una en Bélgica y otra en Alemania, con los despidos masivos que eso conlleva.
Las marcas de lujo tampoco convencen con sus coches eléctricos
Tampoco los fabricantes de lujo se libran del jarro de agua fría que está siendo la aceptación del coche eléctrico en Europa. Aston Martin dijo en febrero que esperaba lanzar su primer coche eléctrico de nueva generación en 2026, frente a los planes anteriores de lanzarlo el próximo año. «La demanda de los consumidores [de BEV], al menos en el rango de precio de los Aston Martin, no es la que pensábamos que iba a ser hace dos años», dijo el presidente ejecutivo Lawrence Stroll.
Bentley, que esperaba contar con una gama completa de eléctricos para 2030 ha pospuesto ese objetivo sin mojarse con una nueva fecha. En marzo el entonces consejero delegado, Adrian Hallmark, dijo que el plan se había retrasado para centrarse en los modelos híbridos enchufables PHEV.
En Porsche, a pesar de lanzar nuevos modelos eléctricos, como el Porsche Macan, la marca premium rebajó sus ambiciones en materia de vehículos eléctricos, afirmando que sólo podría alcanzar su objetivo previamente comunicado del 80% de ventas de vehículos totalmente eléctricos para 2030 si la demanda y la evolución del sector de los vehículos eléctricos lo justificaban. Y es que a mitad de año, las ventas de coches eléctricos de la marca cayeron un 50%, mientras los accionistas empezaron a pedir más coches de gasolina para recuperar las ventas.
Hasta Rimac, uno de los pioneros de los coches eléctricos de lujo y deportivos, está experimentando dificultades para vender su genial Rimac Nevera. Y es que para Maté Rimac, el CEO de la compañía, “la gente rica quiere coches de gasolina”.
A pesar de este panorama incierto, ninguna marca se plantea dejar de fabricar coches eléctricos. Por una parte, la fecha de 2035 y la prohibición de los coches de gasolina siguen ahí, en principio. Y por otra parte, en el primer mercado del mundo, China, las ventas de coches eléctricos siguen creciendo como la espuma (+13% en agosto de 2024 con respecto a agosto de 2023).
Incluso en Europa, donde las ventas de coches eléctricos han caído un 4% en agosto de 2024 con respecto al mismo mes de 2023, las ventas han crecido en algunos países, como el Reino Unido (+12%), Bélgica, Francia o Portugal.
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