Esa es la propuesta del Departamento de Transporte de Estados Unidos. La medida propone que el sistema debería ser obligatorio en todos los turismos a partir de 2014, aunque se iría implantando progresivamente antes de llegar a esa fecha.
Es cierto que en Estados Unidos ocurren a diario tragedias en las que un conductor despistado atropella a una persona al dar marcha atrás. De hecho, el año pasado murieron en ese país 300 personas, y más de 18.000 resultaron heridas como consecuencias de este tipo de accidentes.
Las cifras son aún más dolorosas si tenemos en cuenta que, en el 70 % de los casos, los implicados eran de la misma familia. Dicho esto, creo que implantar un sistema tan caro como este no es la solución más razonable.
Por supuesto que en mucho vehículos se mejora mucho la visibilidad (especialmente en los SUV, tan populares allí), pero el sistema es demasiado caro como para pensar que pueda ser posible instalarlo en todos los coches nuevos a partir de 2014 (además de la cámara habría que instalar una pantalla).
Un sistema de seguridad debe ser obligatorio cuando los beneficios que aporta sean lo suficientemente importantes como para compensar su coste, y no creo que sea este el caso. No podemos obligar a las marcas a que equipen todos y cada uno de los adelantos que salen al mercado, acabaríamos por llevarlas a la ruina, o impediríamos que las personas con menor poder adquisitivo se compraran un coche. El equilibrio es complicado, como siempre, pero creo que una cámara de visión trasera obligatoria no es razonable.
Vía | Jalopnik