Después de Japón y Alemania, el Reino Unido se convertirá en el tercer país del mundo (y el segundo de Europa) en autorizar la conducción autónoma de nivel 3.
En un reciente comunicado, el departamento de transportes del gobierno británico ha confirmado que modificarán su código de circulación para dotar de cobertura legal a los vehículos que equipen estos sistemas, así como a sus conductores y ocupantes.
Los conductores tendrán que seguir atentos
Con la intención de garantizar que la circulación automatizada sea lo suficientemente segura, el gobierno británico seguirá reclamando que los conductores permanezcan atentos mientras los sistemas autónomos están activos, para poder así retomar el control manual de inmediato cuando sea preciso.
No obstante, la reforma incluirá cambios en lo que podrá visualizarse a través de las pantallas multimedia mientras el sistema autónomo esté en uso.
Esto último deja la puerta entreabierta a recursos de entretenimiento audiovisual que hasta ahora estaban terminantemente prohibidos en coches, como las películas o los programas de televisión. Lo que seguirá estando prohibido, eso sí, es el uso del móvil al volante, aun con la conducción autónoma activada.
It's important we make the necessary changes to #TheHighwayCode to ensure self-driving technology can be safely used on our roads. 🚘
— Department for Transport (@transportgovuk) April 20, 2022
This technology is developing at pace and we’re making sure the foundations are in place for drivers when it arrives 👉 https://t.co/Q8onh7lw6f
Estas primeras propuestas suponen los embriones de lo que será un marco regulatorio completo, el cual deberá estar listo en 2025 según las previsiones del ejecutivo de Boris Johnson.
En lo tecnológico, el primer sistema autónomo en ser legalizado será el asistente de mantenimiento automático del carril, conocido también como ALKS y que ya pueden montar modelos como el Mercedes-Benz Clase S o el Honda Legend.
Dicho sistema permite el autoguiado del coche sin la intervención del conductor, pero únicamente en vías autorizadas (como una autopista) y a una velocidad máxima de 60 km/h.
El gobierno británico calcula que los primeros vehículos equipados con esta tecnología podrán empezar a utilizarla a finales de año, toda vez que dichos modelos superen primero varios test de seguridad, a fin de certificar que cumplen con los estándares marcados por las normativas UNECE de las Naciones Unidas.