La mitad de la electricidad que generamos en España ya proviene de fuentes renovables, con la fotovoltaica a la cabeza y con números de récord en producción. Las renovables ya aportan 20.000 millones de euros a nuestro PIB y ahorran a su vez millones de euros en importaciones de combustibles fósiles.
Así, avanzar en la eficiencia de producción en este tipo energía es fundamental, mientras las centrales térmicas de carbón pasan a mejor vida. Y es precisamente lo que busca la tecnología de Bluesolar, que combina la generación fotovoltaica y térmica en un solo sistema. Se materializa en una planta piloto que ya se está construyendo en España.
Así funciona esta tecnología híbrida que se alimenta de los rayos del sol
Este sistema patentado por Capsun Technologies y Ghenova Ingeniería, y auspiciado entre otros por el CSIC o la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), es la piedra angular de la planta piloto que se está levantando en la sede del Instituto de Sistemas Fotovoltaicos de Concentración (ISFOC) en Puertollano (Ciudad Real).
Sus creadores aseguran que es capaz de ofrecer "una eficiencia eléctrica superior al 90% y sin degradación" y promete mejorar la gestión de plantas fotovoltaicas, además de ser compatible con la producción del hidrógeno verde cuyo mayor escollo es que no es barato de generar.
Paneles solares híbridos. La clave del sistema Bluesolar es que integra energía fotovoltaica y termosolar en una única planta. Si bien existen plantas termosolares, lo que incluye España, la de Bluesolar va más allá gracias a sus paneles híbridos.
La principal diferencia de este sistema es que las plantas termosolares tradicionales utilizan heliostatos o espejos para concentrar la luz solar para generar electricidad, pero los paneles híbridos de Bluesolar funcionan tanto como generadores fotovoltaicos como espejos concentradores para captar la luz solar.
Esto se traduce en que pueden producir electricidad directamente a partir de la radiación solar, al mismo tiempo que generan calor para aplicaciones térmicas. Lo consiguen mediante unos filtros ópticos selectivos que les permite realizar ambas funciones: la luz solar que recogen la utilizan tanto para generar calor como para producir electricidad.
Y a su vez esta tecnología se acompaña de sistemas de almacenamiento térmico: clave para que no se pierda la energía solar renovable, uno de los escollos de las renovables, que depende de la climatología. Así, el calor generado se puede utilizar cunado no hay luz disponible, ya sea de noche o en bajas condiciones de luz.
Energía libre de emisiones infinita. Con todos estos ingredientes, según sus creadores, esta tecnología presume de mayor rentabilidad y eficiencia respecto a otras tecnologías ya sea la propia fotovoltaica o la termosolar. Y aseguran que los resultados obtenidos durante desarrollo apuntan que permitirá el suministro ininterrumpido de energía a un precio de mercado.
☀️ España brilla en Europa en generación de energía fotovoltaica
— Transición Ecológica y Reto Demográfico (@mitecogob) April 7, 2024
La fotovoltaica experimenta un incremento histórico
► Es la tecnología que más aumenta su potencia instalada ⚡️
5.600 MW nuevos → +28% respecto al año anterior
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En España esto cobra aún más sentido porque disfruta de muchos días de sol al año. Algo que ya estamos empezando a aprovechar: somos el segundo país europeo en generación de electricidad fotovoltaica, sólo por detrás de Alemania. Estamos en 5.600 MW nuevos en datos de 2023, casi un 30 % respecto al año anterior.
Las aplicaciones de este sistema, presumen, también incluyen la producción de hidrógeno verde, que precisa de un suministro continúo. Pero también para procesos industriales o desalinización. Los resultados obtenidos de esta primera planta piloto, tras tres años de investigación de esta tecnología, serán claves. Pero de cumplir con lo que promete supondrá un avance interesante en la producción de electricidad libre de emisiones. Y es una estupenda noticia que tenga sello español.