La tecnología bidireccional de 'vehículo a la red', mas conocida como Vehicle-to-Grid (V2G) deja abierta la puerta a un nuevo uso de los coches eléctricos: que puedan enviar la energía remanente a un hogar, de vuelta a red o a un dispositivo.
Cada vez más vehículos incorporan esta solución, que hace posible el ahorro inteligente de energía - y de dinero- durante las horas valle para redirigirla en las horas más caras o suministrar luz durante un apagón. Pero también tiene inconvenientes.
Acumular energía solar y usarla en casa: la posibilidad de salir de la red
Modelos como la nueva pick-up eléctrica Ford F-150 Lightning o los Volkswagen ID.4 e ID.5 GTX adelantan una solución que acabará estando en todos los vehículos una vez el mercado del coche eléctrico alcance la plena madurez (el nuevo Volvo XC90 también lo incorporará).
Como la propia palabra indica, un sistema de carga bidireccional es aquel en el que la energía fluye en ambas direcciones: si en un cargador unidireccional la electricidad va únicamente de la red de suministro al vehículo, en los cargadores bidireccionales la electricidad puede fluir en ambas direcciones.
Esto permite configurar cómo se emplea la electricidad, si en un sentido (del hogar al coche) o en el contrario, y en qué momento sale más económico.
Así, el usuario podría elegir cargar la batería de su coche durante aquellas horas en que la electricidad es más barata -o a través de paneles solares- y usarla para abastecer dispositivos en casa.
Por ejemplo, uno de los reclamos de la demandada Ford F-150 Lightning y su paquete de baterías de 98 kWh y de 131 kWh es que son capaces de alimentar el consumo eléctrico de una casa hasta tres días.
El V2G también permitiría convertir los vehículos eléctricos en estaciones de carga rodantes (pensemos sobre todo en grandes vehículos, como los camiones), y fabricantes como Renault ya han investigado cómo reutilizar baterías usadas para equilibrar la red eléctrica.
Por ejemplo, la empresa de ingeniería y robótica ABB ha desarrollado un nuevo cargador para coches eléctricos con tecnología V2G, que permite exportar el excedente de energía a la red.
Con el potencial de generar hasta 20 euros al mes por vehículo, esta solución promete reducir el costo total de propiedad y aumentar la adopción del coche eléctrico, ayudando a suavizar el flujo de generación desigual de electricidad a partir de fuentes renovables como la solar y la eólica.
No obstante, antes de que se pueda implementar V2G, los países tendrán que navegar por el panorama en evolución de los estándares técnicos que rigen la certificación de equipos habilitados para V2G e integrar estos estándares en sus reglas y documentos técnicos.
Los contras del V2G
Estamos en un punto en el que la ansiedad por la autonomía sigue siendo un incómodo factor a tener en cuenta, y unido a una infraestructura de carga en expansión y a baterías con una capacidad aún bastante limitada, hacen que sea poco habitual que quede ese remanente de energía para utlizar en otra parte.
También se ha descubierto que el uso de la tecnología V2G continuo desgasta la batería más rápido de lo normal, de la misma forma que ocurre con las cargas ultrarrápidas.
Por otro lado, esta tecnología requiere diseñar los paquetes de baterías y el software de manera diferente, de forma que los protocolos de carga sepan cómo manejar este retorno de energía a la red. Las pérdidas de conversión durante la transformación de corriente continua (batería) a corriente alterna (red) también deberían minimizarse de antemano.
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