Corría el año 1988, estábamos en el primer Gran Premio de la temporada y Ayrton Senna era el nuevo piloto de McLaren junto a Alain Prost. Coincidía también que esta temporada los motores turbo vivirían momentos de agonía, conviviendo con los motores atmosféricos que se convertirían en el futuro de la especialidad. De hecho, durante 1988 y si exceptuamos a McLaren-Honda (porque estaba en otra galaxia con respecto a sus competidores) se vivió una interesante lucha entre motores atmosféricos y motores turbo.
En el Gran Premio de Brasil, primera cita de la temporada, Ayrton Senna conseguía la pole por delante de Nigel Mansell, que era capaz de llevar su Williams Judd a la primera fila de la parrilla con un tiempazo, y además por delante de Alain Prost y Gerhard Berger con el Ferrari. Senna empezaba fuerte la temporada 1988, pero todo lo que consiguiera en la sesión de clasificación se esfumaría segundos antes de darse la salida.
Durante la vuelta de formación Senna iba atascado en primera, y al llegar a su lugar en la parrilla hacía señales para indicar el problema. La salida se abortaba y Senna cambiaba al coche de reserva, que estaba con reglajes para Alain Prost, y debía arrancar desde el pitlane. Tras las salida, Senna era el 26 (último) y pilotaba un coche adaptado para otro piloto, así que las cosas pintaban bastos. Pero empezaba una remontada brillante, pasando el 21 en la primera vuelta, 15 en la cuarta, 8 en la décima y segundo en la vuelta 20.
Iba como un tiro vuelta a vuelta, adelantando a sus competidores como si estuviesen parados (era enorme la superioridad de los Mclaren-Honda) y viendo como los problemas recaían en los primeros clasificados (salvo Prost), con Mansell retirado por culpa del motor, Piquet retrasado vuelta a vuelta, imposibilitado para seguir la estela de Berger en su Ferrari ni de Alain Prost. Cuando paró en boxes, una vuelta más tarde que Prost, caló el motor y esto lo relegó de nuevo a la sexta plaza, lo que le obligaba a seguir remontando. Probablemente conseguiría llegar a ser segundo o tercero al finalizar las 60 vueltas, pero al poco tiempo, en la vuelta 31 Senna fue descalificado.
La razón: cambió de coche en un momento en el que por reglamento estaba prohibido. Como tantas veces nos hemos quejado, la FIA tomaba la decisión cuando la carrera estaba por la mitad, 31 vueltas de esfuerzo al límite tiradas al retrete porque a alguien no le dio tiempo a darse cuenta antes de la maniobra ilegal. Resultó curioso escuchar las declaraciones de Ron Dennis al respecto.
Como vemos, si la FIA no hubiese actuado como siempre, a destiempo, podríamos haber asistido a una grandiosa remontada desde el puesto 26 hasta probablemente el segundo lugar (Prost ya llevaba demasiada ventaja). Es curioso que siempre haya algún error de este estilo (cambiar de coche a destiempo, la culpa es del equipo) y la FIA tarde un siglo en decidir la sanción. Y es curioso que suponga la sanción de descalificación, cosa que es rara de por sí.