Oriol Servià llegaba al neoyorquino trazado permanente de Watkins Glen con la moral por las nubes, pues venía de firmar su mejor resultado en un óvalo en Richmond, y todo hacía pensar que la pista rutera le vendría como anillo al dedo para sus cualidades al volante.
En la sesión de calificación se confirmó lo que todos teníamos en mente, pues Uri se clasificó por primera vez para la Firestone Fast Six Shootout, una especie de Q3 donde los seis pilotos más rápidos se juegan la pole. Servià consiguió la quinta posición de parrilla, la mejor del año, y las sensaciones eran inmejorables.
En la primera parte de la prueba, Oriol Serviá mantuvo a la perfección su posición, subiendo incluso a la tercera posición antes de su primera parada en la vuelta 20, cuando los problemas empezaron a asaltar la buena carrera de Uri en modo de penalización por exceder en 2 mph la velocidad máxima en el pit lane. Drive Through para el piloto catalán, que lo hundía hasta la 19ª posición.
Pese a todo, Servià se limitó a ir remontando plazas, hasta que en el momento de su segunda parada en la vuelta 38, a 22 para el final, y cuando Uri ya era 12º en carrera, uno de los amortiguadores de su Dallara-Honda dijo basta, obligando al piloto a abandonar: "Justo en el inicio del ‘warm-up’ se ha roto una pieza de la suspensión y en la carrera ha empezado a fallar un amortiguador cuando ya me habían penalizado, creo que en un rigor máximo ya que solo he superado en el primer metro la velocidad máxima permitida en el ‘pit-lane’. Aún así, quería intentar llegar hasta el final de la carrera pero el amortiguador ha acabado tocando la instalación eléctrica y el abandono ha sido inevitable”.
La victoria de una carrera repleta de sorpresas e incidentes se la llevó Ryan Hunter-Reay, que logra así su primera victoria en la categoría. El mejor de los pilotos que encabezan el campeonato fue Tony Kanaan, que logró finalizar tercero por detrás de Darren Manning, mientras el líder, Scott Dixon, sólo pudo ser 11º tras un absurdo trompo mientras calentaba ruedas en un periodo de neutralización, cuando parecía que podría luchar por su 4ª victoria consecutiva en Watkins Glen.
Por suerte, de las siete carreras que quedan de aquí al final de la temporada de las IndyCar Series, cuatro de ellas son en circuitos permanentes, y Oriol volverá a tener la oportunidad de brillar como ya hiciera en St. Petersburg o Long Beach, o incluso un poco más, esperemos.