Da igual la lectura que hagamos de los ritmos en tandas largas de los libres del viernes. No importa si vemos a algún piloto, incluso durante las primeras vueltas de la carrera, que parece mantener el ritmo de los Mercedes sin perder su referencia visual en pista. Es una realidad más que evidente, que hoy por hoy, el único monoplaza que puede disputarle la victoria a un Mercedes, es el otro Mercedes (si no hay circunstancias anormales de por medio, evidentemente).
Por lo tanto, en una carrera como la disputada el pasado domingo en el nuevo trazado de Sochi, en el mismo momento en el que Nico Rosberg se borró de la lucha por la victoria al entrar a boxes en la primera vuelta, quedó claro que si no tenía ningún problema, la victoria iba a ser para Lewis Hamilton.
El ataque de Nico Rosberg a Lewis Hamilton
Mucho se puede hablar sobre el ataque que perpetró Nico Rosberg en esa brutal frenada contra Lewis Hamilton, pero más allá del resultado del mismo, que condicionó la estrategia del alemán, creo que Rosberg tomó la decisión correcta. Estás disputándole el título a Lewis Hamilton. Era consciente que con la inexistencia de alternativas estratégicas en Sochi (todos iban a una parada y no había degradación), no iba a poder ganar a Hamilton en boxes. También sabía que por la configuración del trazado, adelantar en pista a Hamilton se antojaba muy complicado, máxime cuando en Mercedes hay orden explícita de no tomar riesgos innecesarios. ¿Qué nos queda? Intentarlo en el momento de la salida, cuando las distancias aún son tan pequeñas como para conseguirlo apurando una frenada.
Sí, lo cierto es que Nico Rosberg se pasó. Fue una buena decisión mal ejecutada. Al fin y al cabo, dispone de un coche que le permite minimizar cualquier error de ese calibre: acabó igualmente segundo, posición en la que hubiera finalizado de no tomar los riesgos que tomó. Así pues, poco que objetar, más allá de la mala ejecución de la acción. Sinceramente, no creo que en esta ocasión el problema de Rosberg fuera de concentración o de gestión de la presión, ni mucho menos. Como llevo diciendo hace unos cuantos GP, Rosberg sabe que le va a ser muy complicado vencer a Hamilton en pista, y si para ello necesita ese extra de genialidad que por ejemplo sí parece tener Hamilton, me temo que va a depender de un milagro en Abu Dhabi para ser campeón del mundo.
A falta de 3 carreras, lo que sí parece evidente es que llegaremos a Adu Dhabi con el título aún en juego, salvo catástrofe de Nico Rosberg en las dos siguientes. A día de hoy, para que el título no se decida en Abu Dhabi, sólo existe una opción: que Nico Rosberg no sea capaz de sumar 18 puntos en las 2 carreras previas a esa cita final (con un segundo puesto en una de ellas, ya los tiene). Desde luego, parece complicado que no los consiga. Una vez lleguemos a Abu Dhabi con el título en juego, e independientemente de las diferencias en la general, el peligro de la avería mecánica o el error planeará el ambiente, y siempre son situaciones complejas de gestionar psicológicamente, en las que puede pasar cualquier cosa.
La estrategia conservadora de Valtteri Bottas
En términos generales, el estreno de Sochi en el calendario de la F1 no dejó demasiadas emociones. Mucha culpa de ello hay que atribuírsela a Pirelli, que llevó a Rusia una elección de compuestos excesivamente conservadora. Está claro que si a la Fórmula 1 actual, en un trazado como Sochi, le quitas una de las variables que puede alterar el orden natural, como es la variable estratégica como consecuencia de los neumáticos, el resultado es una carrera muy plana y previsible.
Sin embargo, creo que sí existe un punto de debate evidente en las posibilidades reales de Valtteri Bottas de haber acabado segundo por delante de Nico Rosberg. Viendo el ritmo del finlandés, es muy lícito pensar que esa posibilidad existió realmente, aunque no es la primera vez que vemos a Williams ordenar una estrategia que tildaríamos de muy conservadora en una situación similar. Una vez acabada la carrera, creo que, efectivamente, Bottas hubiera podido acabar en segunda posición la carrera si hubiera anticipado su parada en boxes. O por lo menos, podría haber disputado esa segunda plaza a Rosberg de una manera más firme.
Hasta la vuelta 16, se puede decir que el ritmo de Bottas no era nada malo en relación al de Hamilton. En esas 16 vueltas, sólo perdió 4,7 segundos respecto al Mercedes (una media de unas 3 décimas por vuelta). Sin embargo, a partir de esa vuelta, la sangría empezó a hacerse evidente, con un empeoramiento progresivo de los tiempos de Bottas. Sin duda, problemas con las gomas blandas. En esas 10 vueltas que tarda Williams en meterlo a boxes, Bottas pierde más de 11 segundos respecto a Hamilton (más de 1 segundo por vuelta de media).
Entonces, ¿por qué Williams aguanta a Bottas en pista pese a esa sangría de tiempo respecto a Hamilton? Porque su lucha no es con Hamilton, sino con Rosberg. Sólo con Rosberg, pues nadie más podría robarle el pódium en carrera, salvo catástrofe con los neumáticos. No hay que olvidar en ningún momento que Williams es de las escuderías que más han sufrido con la degradación en estas Pirelli. Entonces, entiendo que Williams quiso asegurar que cuando Bottas montara el juego de medias, podría llegar al final de la carrera en posición de pódium sin ningún susto. Algo que ya hemos visto en varias ocasiones esta temporada.
Bottas pierde en esas 10 vueltas extra unos 8 segundos respecto a Rosberg. Bottas acabó la carrera por detrás de Rosberg, a menos de 4 segundos. Muy posiblemente, Rosberg estuviera gestionando sus gomas en el tramo final de la carrera, controlando muy de cerca la distancia con Bottas, y tenía algo más guardado (aunque no demasiado, todo sea dicho). Pero la realidad, es esa: marcando Bottas su vuelta rápida en la última vuelta de la carrera, es evidente que esas gomas hubieran podido dar mucho más, y quién sabe si no habiendo alargado tanto ese primer stint le podría haber disputado la segunda posición del pódium a Rosberg.
Sin olvidarme de la mala carrera de los Toro Rosso, especialmente si consideramos la buena pinta que habían mostrado viernes y sábado, y la notable actuación de los McLaren (no, no pienso hablar de Ferrari), nos leemos después de Austin por aquí, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1). Y, por supuesto, #ForzaJules.