Mi Gran Premio de Gran Bretaña 2012: Webber se impone a Alonso en Silverstone

Mi Gran Premio de Gran Bretaña 2012: Webber se impone a Alonso en Silverstone
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Parecía que íbamos a tener un Gran Premio pasado por agua de viernes a domingo, y para sorpresa de muchos, las únicas dos horas que el cielo británico decidió descansar coincidieron con las 2 horas en las que se disputó una carrera que se presentaba de las más inciertas del año, ya que nadie tenía suficientes datos en seco como para afrontar la carrera con conocimiento de causa.

Ese pequeño detalle hace que analizar lo ocurrido en la siempre bonita pista de Silverstone sea extremadamente difícil, ya que en esas condiciones, cualquier pequeña diferencia en los reglajes escogidos el sábado podía ir acompañada de comportamientos no óptimos del monoplaza en una pista totalmente seca, máxime considerando unas gomas tan caprichosas y exigentes con la precisión en los reglajes como las Pirelli de esta temporada. Por no decir que, además, los aficionados no tenemos absolutamente ninguna información acerca de los compromisos adoptados por cada piloto a la hora de reglar su coche para una meteorología tan caprichosa como la del pasado fin de semana.

En cualquier caso, y como hago tras cada carrera, he intentado pelearme un rato con las tablas de tiempos para intentar sacar alguna conclusión de la interesante carrera que se vivió el pasado domingo, en la que nuevamente las estrategias fueron determinantes. A primera vista, y para eso no hace falta tirar de tiempos, es evidente que el neumático estrella de la carrera fue el duro. Ese compuesto tan temido por algunos, y que nadie montaba desde el Gran Premio de España disputado en Montmeló hace ya unos 2 meses. Con una pista tan verde como la que se presentaba para la carrera, pues había llovido todo el fin de semana y no había nada de goma depositada, el temor a la degradación que podía sufrir el blando por el poco agarre en pista marcaba los instantes anteriores a la salida.

La incógnita de qué goma montaría cada uno se desvelaba en el último momento, con la sorpresa inicial de ver únicamente a Alonso y Hamilton con el compuesto duro entre los punteros. No iban a tener el agarre que sí les darían los blandos, pero podrían estirar más vueltas ese juego de gomas, y con nubes negras amenazando en el horizonte, podía acabar siendo una jugada maestra. Eso sí, hasta que las gomas entraran en su ventana óptima de funcionamiento, iban a tener que hacer uso de esas prodigiosas manos de las que ambos van sobrados.

Fernando Alonso empezó con duros

Fernando Alonso era consciente de que sus opciones de transformar la impresionante pole del sábado en una victoria en carrera pasaban, en gran medida, por aguantar como fuera ese primer stint sin perder mucho terreno. Su salida da buena fe de ello. Mark Webber, esta vez sí, también realizó una buena salida, y a partir de ahí, parecía cuestión de tiempo que el australiano hiciera valer su aparente ventaja de neumáticos para dar cuenta de Alonso y empezar a poner tierra de por medio. Pero eso no sucedió, y pasadas unas vueltas, quedó en claro que las gomas correctas para ese domingo iban a ser las duras, por lo que parecía que Ferrari había dado en el clavo con la estrategia.

Sin embargo, una buena elección estratégica inicial no pudo materializarse en una victoria para Fernando Alonso, cierto es que por muy poquito. Nuevamente, no creo que en esta ocasión haya habido un error de estrategia de Ferrari con Alonso. Lo normal en esta carrera, por ritmo demostrado en pista, hubiera sido un doblete de Red Bull, pero por diversos factores, Alonso logró colocarse entre Webber y Vettel, liderando incluso la carrera a cuatro vueltas del banderazo. La única duda razonable que me queda es si montando blandos en el primer stint, Alonso hubiera podido aguantar a los dos Red Bull detrás. La verdad es que sus stints con las duras estuvieron a la altura de los de Red Bull, pero la gran diferencia es que mientras Alonso sacó de media a Webber 3,72 décimas por vuelta durante las 12 vueltas en las que el español iba con duras y el australiano con blandas, en las 14 vueltas finales la diferencia entre ambos compuestos favorable a Webber fue de medio segundo. Esa pequeña diferencia fue la que al final separó a Alonso de la victoria. Así de igualadas están las cosas esta temporada.

La clave de esta carrera fue sin lugar a dudas utilizar lo mínimo imprescindible las gomas blandas. Uno que llevó esta teoría al extremo, sin quererlo, pues fue debido a un accidente en la primera vuelta, fue Romain Grosjean. Eliminando la vuelta de salida, y las vueltas de entrada y reincorporación de los pitstops, Grosjean fue más rápido, en tiempo promedio a lo largo de toda la carrera, que los dos Red Bull y los dos Ferrari, con una media de 1:37.459 (y eso que tuvo que ir escalando posiciones). Sus neumáticos blandos apenas se usaron para la salida, y posteriormente hizo dos stints de 24 y 26 vueltas con gomas duras. Para hacernos una idea, el tiempo medio de Webber fue de 1:37.547, el de Alonso de 1:37.664, el de Vettel de 1:37.582, y el de Massa de 1:37.739. Se observa con este dato que, pese a tener un ritmo en pista inferior al de Vettel en promedio, Alonso logró acabar delante de él, por lo que tampoco estuvo tan mal gestionada la estrategia, al fin y al cabo.

Romain Grosjean

Quizás el gran problemas de Fernando Alonso fue utilizar solo durante 15 vueltas su primer stint de gomas duras, que le obligó al final de carrera a tener que hacer 15 vueltas con las blandas. Nadie de los punteros hizo un stint tan corto con las duras. Webber, por ejemplo, hizo dos stints idénticos de 19 vueltas. Puede que alargando más ese primer stint, Alonso hubiera podido aspirar a más, pero el problema en ese instante era que tanto Vettel como Webber ya habían cambiado a duras, y si quería capitalizar la ventaja obtenida con la apuesta inicial de las duras, no podía alargarse mucho más en pista, pues tampoco se sabía en ese punto cuánto más se podría haber alargado ese stint (problemas de no rodar en seco anteriormente).

Por lo demás, hay que destacar el gran fin de semana que ha firmado Felipe Massa. Se le ha visto muy cómodo tanto en agua como en seco, y eso es una buena señal. Puede ser un elemento clave de cara al desenlace del título si es capaz de frecuentar la zona alta de las clasificaciones. El contrapunto en Silverstone lo puso McLaren. Es cierto que sus pitstops fueron todos de película, pero también es cierto que en ningún momento tuvieron el ritmo suficiente como para pelear el podium. Me cuesta encontrar un precedente de una temporada de más a menos de McLaren, la verdad, pero lo de este año empieza a ser preocupante.

Tampoco estuvo nada mal la lucha por los puntos, con unas peleas cuerpo a cuerpo a las que cada vez estamos más acostumbrados. Creo que después de los palos que está recibiendo, hay que aplaudir en esta ocasión a Bruno Senna, pues en mi opinión hizo una carrera muy correcta cogiendo unos buenos puntos para Williams. No se puede decir lo mismo de Nico Hulkenberg, que cometió un error en esos momentos en los que no se pueden cometer, y al final se quedó sin recompensa. Otro que se quedó sin recompensa, y estaba protagonizando una muy buena carrera, es Sergio Pérez, a quien las gomas frías de Pastor Maldonado le dejaron fuera de carrera. Bromas al margen, para mí no hay excusa en esta ocasión, y la culpa del accidente es claramente de Maldonado. Una lástima por el Checo.

Sé que me dejo nuevamente infinidad de cosas, pero esto ya es un clásico en 2012. Nos leemos por aquí después de Alemania, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).

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