Permitidme disculparme de entrada por no tener las ganas habituales de análisis tras cada Gran Premio. A la hora de escribir estas líneas, todavía está muy presente el mal trago que nos tocó pasar a muchos el pasado domingo por la noche. Motorsport is dangerous. Lo sabíamos. Y por si acaso nos olvidábamos, hace bien poquito el gran Sid Watkins nos lo recordaba: Motorsport is still dangerous. ¿Y qué? Por mucho saberlo, a veces se nos olvida que esos pilotos a los que a veces ponemos verdes, se juegan a cada instante la vida. Por eso hay que intentar, sobre todas las cosas, respetar y agradecer la nada fácil labor de los pilotos que tanto nos hacen disfrutar.
Sin más, y con el recuerdo de Dan Wheldon rondando la cabeza, vamos a tratar de sacar algo en claro de lo que vimos el pasado fin de semana en el joven trazado coreano. No hace falta insistir mucho más, pero lo que volvió a quedar claro, es que Sebastian Vettel y su RB7 juegan en otra liga, hagan o no hagan la pole. Vettel al margen, la lucha por detrás del alemán fue realmente intensa y bonita, con la cerecita de unas cuantas peleas cuerpo a cuerpo en el grupo perseguidor.
El que volvió a ese grupo para la cita coreana fue Lewis Hamilton. Esta vez fue capaz de superar a su compañero de equipo tras mucho tiempo a la sombra de Button, y yo me atrevería a decir más. Hamilton fue, en muchos momentos, el único capaz de dar réplica al ritmo marcado por Vettel, especialmente tras marcharse el Safety Car, momentos en los que el de Red Bull suele ser inalcanzable. Pero entonces llegó el problema de la pérdida de los 10 puntos de carga aerodinámica, todavía de causa desconocida, y fue dejando a Hamilton descolgado, hasta acabar emparejándose con el otro Red Bull, el de Webber.
La lucha Hamilton-Webber fue, juntamente con las impresionantes primeras vueltas, de lo más bonito de todo el Gran Premio. Una lucha cuerpo a cuerpo, en la que al final el coche más lento, el McLaren, pudo mantener a raya al rápido, el Red Bull. Siempre es de agradecer volver a tener a Hamilton enfrascado en este tipo de luchas sin que se le crucen los cables. Lo disfrutamos nosotros, y lo disfruta él. Sobre Webber y su actitud post-carrera, me da que está bastante mosqueado con su equipo. ¿Por la estrategia que le designaron? Da igual. Si no pone de su parte para cambiar esta espiral negativa, el que más tiene a perder es él.
Llegamos al apartado Ferrari. Es evidente, que su lucha en estos momentos es otra. De hecho, diría que a estas alturas ya no están en ninguna lucha. Su lucha es por entender de una vez por todas los Pirelli, su propio monoplaza, y lo que conviene arreglar para 2012. Pese a no estar en la lucha, Ferrari luchó, y el ritmo que fue capaz de marcar Fernando Alonso con las gomas blandas una vez se quitó de delante a Massa fue tan alucinante como desconcertante, otra vez más. Si esas vueltas eran indicativas del ritmo que hubiera sido capaz de marcar el asturiano durante toda la carrera, su equipo le privó sin duda de algo mucho mejor que un 5º para esta carrera, no abriéndole paso una vez visto que llevaba unas vueltas estancado tras Massa.
Y topamos de pleno con uno de los debates de la carrera: ¿debía Ferrari haber ordenado a Massa dejarse adelantar por Alonso? Sabéis que yo soy un defensor de siempre de las órdenes de equipo, y por lo tanto, para mí, siempre que un piloto muestre que tiene mejor ritmo que su compañero, un equipo no puede permitirse el lujo de retener al rápido a la estela del lento. Especialmente, en esta Fórmula 1 actual que penaliza sobremanera el quedarse taponado tras otro piloto. Además, tuvo que pasar esto en un circuito donde el DRS tampoco es que funcionara demasiado bien. Eso sí, al César lo que es del César: Felipe Massa ya ha superado en calificación a Alonso en 4 de los últimos 5 Grandes Premios. Para evitarse este tipo de debates, Fernando tendría que ser capaz de demostrar su mayor velocidad el sábado.
También vimos en Corea una sensacional carrera de Jaime Alguersuari. El ritmo del Toro Rosso volvió a ser realmente bueno, como ya ha pasado en otras ocasiones este año, y Jaime lo volvió a aprovechar para dejarse ver por la zona alta. Su acoso y derribo a Nico Rosberg en la parte final de la carrera fue el premio en minutos de televisión a una carrera soberbia, que además pudo habérsele complicado al cogerle la salida del Safety Car sin haber hecho todavía su pit stop, cuando todos sus rivales ya habían parado. En cualquier caso, Jaime iguala su mejor posición en la F1, la 7ª, que aunque pueda parecer poca cosa, es hoy por hoy la mejor del resto siempre que acaben los 6 coches “buenos”. Si realmente había algo en juego con Buemi, yo tengo claro por quién apostaría a estas alturas.
En esta ocasión, dedicaré un párrafo entero a uno de los protagonistas de la carrera, cuyo nombre sale cada vez más en estos post últimamente: Heikki Kovalainen. Su carrera volvió a ser magistral, y ya van unas cuantas esta temporada. La progresión de Lotus es más que evidente, y si en Suzuka ya se estuvieron peleando con los Renault, esta vez ha sido el turno de los Sauber. Kovalainen quedó esta vez por delante de los dos Sauber, dando nuevamente muestras de que si alguno de los equipos “no nuevos” muestra señales de flaqueza, será el finlandés el que esté con la caña a punto para dar buena cuenta de ellos. Y ya que estamos por la zona baja, destacar que Daniel Ricciardo volvió a superar a Liuzzi y a un Virgin. Creo que el trabajo del joven piloto de la escuela Red Bull está siendo más que destacable en las carreras que le están dando.
Sé que probablemente me deje muchas cosas, pero como ya he dicho al principio, ninguna de ellas es realmente importante. Nos leemos después de la India por aquí, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).