¡Por fin! Ha sido una pretemporada excesivamente larga para los aficionados (como todas las etapas sin carreras), y agobiantemente corta para los equipos, que afrontaban uno de los cambios tecnológicos más revolucionarios de los últimos tiempos, con una limitación de test que poco ha ayudado para acumular kilómetros en pista.
Buena parte de los equipos llegaban al siempre particular trazado australiano del Albert Park sin haber realizado ni un mísero simulacro de carrera, por lo que la incertidumbre por ver dónde estaba cada cual era máxima. De entrada, parecía que Mercedes -y todos los equipos motorizados por la firma alemana – arrancaban un paso por delante del resto. Y en efecto, no sólo lo parecía.
¿Una nueva lucha Mercedes-Red Bull?
La victoria de Nico Rosberg en Melbourne bien podría haberla firmado Sebastian Vettel en la segunda mitad de la temporada pasada. Dominio absoluto de principio a fin, y una sensación de haber incluso podido reservar potencial que debe asustar a cualquier equipo que pretenda alzarse con el título. Piensa que la vuelta rápida personal (y a la postre vuelta rápida de carrera), la marcó en la vuelta 19, todavía con una considerable carga de combustible a bordo de su monoplaza.
Sin embargo, la sombra del abandono de Lewis Hamilton con el otro Mercedes debe servir a modo de recordatorio de lo fundamental que va a ser este año la fiabilidad. El fallo de Hamilton, además, fue un problema de encendido con uno de los 6 cilindros de su motor. Sí, del considerado mejor motor entre los 3 que empujan a toda la parrilla 2014.
Muy destacable, ya que hablamos de motores, la recuperación de Renault. Nadie dudaba de la capacidad de la marca francesa, pero el punto de partida era tan retrasado, que haber logrado colar un coche suyo en el pódium (antes de la descalificación de Ricciardo), es todo un logro a destacar.
No menos destacable es la sensación que dejó Red Bull. Muchos los daban ya por muertos al ver los innumerables problemas que tuvieron en pretemporada, pero su equipo técnico ya ha dado sobradas muestras de la maravillosa capacidad de reacción que atesoran, y creo que las sensaciones dejadas en Australia, pese al cero que se llevaron al final, les coloca como candidatos a luchar por el título. Pensar lo contrario, visto lo visto, sería muy osado.
Pese a la descalificación de Daniel Ricciardo, creo que es merecidísimo destacar su gran carrera. Personalmente, soy de los que no creían demasiado en el australiano a los mandos de un Red Bull, pero cuando los pilotos me hacen cambiar de opinión por sus actuaciones en pista, lo hago encantado. De momento me ha demostrado que es capaz de dar la talla puntualmente. Ahora quiero ver su consistencia, que al fin y al cabo, es lo que marca las distancias entre pilotos.
McLaren y Williams eclipsan a Ferrari
Aunque si hay un joven que destacó este fin de semana, ese fue Kevin Magnussen. El jovencísimo piloto de McLaren acabó logrando un merecidísimo pódium. Él mismo tenía serias dudas de poder lograrlo en una carrera en seco, pero con un gran ritmo y una madurez que a buen seguro habrá dejado encantados a quienes apostaron por él para acompañar a Button, le bastó y le sobró no solo para mantener una sólida tercera posición tras Ricciardo en carrera, sino incluso para intentar atacar, sin éxito, al australiano. Un debut de 10. Habrá que seguir muy de cerca lo que es capaz de hacer esta nueva joya.
Un factor que no debe pasar por alto, aunque se tratara de un circuito en el que tradicionalmente es complicado adelantar, es la dificultad extrema para lograr adelantamientos, incluso con el uso del DRS. Lo vimos en el duelo Magnussen-Ricciardo, pero también en el Alonso-Hulkenberg. El piloto español lo achaca a un problema de velocidad del Ferrari (que también), pero es que Magnussen tampoco pudo pasar con su motor Mercedes al Red Bull de Ricciardo, que no destaca por su velocidad en las rectas, precisamente. Habrá que seguir de cerca este detalle, porque puede ser algo realmente problemático a nivel de estrategias.
Un claro ejemplo de ello lo tenemos en Jenson Button. El británico de McLaren ejecutó la que probablemente fuera la mejor estrategia en carrera. Saliendo en P10, fue capaz de acabar tercero sin hacer ni un solo adelantamiento en pista. Las claves de su estrategia fueron aprovechar la salida del Safety Car para meterse a boxes inmediatamente (entró por los pelos, y ganó en esa operación 3 posiciones), y adelantar su última parada para hacer un undercut a Alonso y Hulkenberg. Tengo la impresión que este año habrá que estar muy alerta a este tipo de estrategias de adelantar paradas, especialmente si las elecciones de gomas por parte de Pirelli siguen en una tónica tan conservadora como Australia.
Ahora bien, que le cuenten a Valtteri Bottas que este año es difícil adelantar. El finlandés parecía correr con otro coche que nada tenía que ver con el resto de monoplazas. Adelantaba sin parar una y otra vez, regalándonos el poco espectáculo cuerpo a cuerpo que se vio en carrera. Eso sí, no puedo calificar su carrera de genial. Ese coche debería haber hecho pódium fácilmente si no llega a ser por su incomprensible error. En cualquier caso, el Williams tiene muy buena pinta, y seguro que darán mucha guerra en este inicio de temporada.
Sobre Ferrari, poco que decir. No sabría donde colocarlos exactamente, pero lo que es evidente es que están lejos de la cabeza, otra vez. Si pueden agarrarse a algo, es precisamente que este año va a ser muy largo a nivel de desarrollo, y parece que el punto de partida no es malo del todo, y James Allison es toda una garantía técnica para sacar lo mejor del coche. Sabemos de sobras que si el coche acompaña mínimamente, Fernando Alonso pondrá el resto.
Habrá que esperar unas cuantas carreras más para acabar de entender qué podemos esperar de esta nueva Fórmula 1, y estoy convencido que esta temporada estará repleta de subidas y bajadas para muchos equipos. Nos leemos después de Sepang por aquí, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).