La historia de Lancia y sus coches de competición es la historia de una marca que después de una gran época en los rallyes y una época bonita en las carreras de resistencia, pareció desaparecer por completo de las pistas. Es una lástima, pues los diseños de Lancia suelen estar considerados como algunos de los más bonitos de la historia de la automoción, y no solo de las competiciones. Claro que nosotros nos vamos a centrar en aquellas máquinas que lucharon por las victorias en las pistas y en los tramos del mundo.
Lancia D50 - Fórmula 1
Parece que la mayoría de marcas han tenido sus momentos en la Fórmula 1, sean buenos o sean malos. El caso es que, aunque los números digan lo contrario, Lancia tenía un muy buen monoplaza de Fórmula 1, y habría llegado a lo más alto de no ser por el destino, pues Ferrari lo acabó consiguiendo con ese mismo monoplaza. Aunque es bonito ver como el rojo de Lancia no es exactamente el mismo que el rojo que só Ferrari más adelante. Estrenado precisamente en Barcelona, con motivo de la última carrera de 1954, el Lancia D50 marcó la pole position y la vuelta rápida con Alberto Ascari, aunque no pudo terminar la carrera. El potencial era evidente.
Al año siguiente, con un equipo más sólido, se presentaban con opciones de ganar el título, pero en Argentina ninguno de los coches terminó. La suerte cambió un poco en Mónaco, y aunque Ascari protagonizó la espectacular imagen de ir a parar al agua, Eugenio Castelloti fué segundo, con Luigi Villoresi quinto y Louis Chiron, como invitado, sexto (aunque en ese entonces, el sexto puesto no daba punto alguno). Desafortunadamente, la muerte de Alberto Ascari una semana más tarde probando un Ferrari de sport, junto a los problemas económicos de la marca Lancia, forzaron el cierre del proyecto.
De hecho, en la carrera de Bélgica, en Spa, solo Eugenio Castelloti participó con el D50, marcando la pole position pero sin poder terminar la carrera. A pesar de todo, en un alarde de orgullo nacional, Lancia cedió el material y el diseño a Ferrari para que Italia pudiera aprovechar un coche que tenía un potencial enorme. Vittorio Jano, diseñador del D50, se mudó a Maranello y juntos participaron en diez carreras, venciendo cinco, con seis poles, y el título mundial de 1956 con Juan Manuel Fangio.
Lancia Stratos HF - Mundial de Rallyes
Lancia parece tener una historia muy cercana a Ferrari y de nuevo encontramos a un modelo estrechamente relacionado con la marca del Cavallino. Si en el D50 fue Ferrari quien heredó el diseño de Lancia, con el Stratos es Lancia quien hereda el motor Dino V6, al formar parte las dos marcas del grupo FIAT. Cesare Fiorio, Mike Parkes (en ese momento ex-piloto de Fórmula 1 de Ferrari con dos podios a sus espaldas) y Sandro Munari (piloto oficial de Lancia) capitanearon un proyecto de construir un coche con el propósito de competir en el mundial de rallyes y luego venderlo, en vez de adaptar un coche de calle para los rallyes.
El Lancia Stratos venció los campeonatos del mundo de rallyes de 1974, 1975 y 1976 con Sandro Munari y Björn Waldegård, además de ganar el Rally Montecarlo con el coche oficial de Sandro Munari en tres ocasiones y con un coche privado en 1979. La última vez que el Stratos compitió en el mundial de rallyes fue en el Tour de Corse de 1981, donde Bernard Darniche se hizo con la victoria. Una curiosidad es la del hecho que el primer campeón de Europa de Rallycross bajo el auspicio de la FIA, en 1976, ganó a bordo de un Lancia Stratos. ¿Su nombre? Franz Wurz; en efecto, padre de Alex Wurz.
Al final, 18 victorias en el mundial de rallyes a lo largo de ocho temporadas es un bagaje justo con un coche espectacular y con un sonido casi de otro mundo teniendo en cuenta cómo eran los coches de rallyes del momento. Un coche que se mostró capaz de ser polifacético, aunque con una clara tendencia a destacar en los rallyes de asfalto, y que además pudo participar en categorías distintas a parte del mundial de rallyes, incluso con alguna incursión concreta en los circuitos.
Lancia LC2 - Sport-Prototipo
La unión Lancia-Ferrari parecía indisoluble, y de nuevo la encontramos en uno de sus coches de competición más bonitos, el Lancia LC2 para carreras de resistencia del Grupo C, con motor Ferrari. Gracias al LC2, se acaba de pulir una de las decoraciones más legendarias del automovilismo. Martini y Lancia, una asociación casi mítica, con la inscripción del "Martini Racing" en el cristal delantero. Un coche muy bonito con una decoración que lo hacía aún más espectacular, más perfecto, que mejora la imagen que daba su predecesor, el Lancia LC1 con los colores de Martini.
El LC2 fué estrenado en 1983, conforme a las nuevas normativas del Grupo C, equipando un motor Ferrari V8 con turbocompresor. El motor provenía del Ferrari 308 GTB, aunque rebajado de cilindrada y con dos turbos para mejorar potencia. Este motor se eligió por existir la posibilidad (nunca explorada) de utilizarlo en la CART americana. Tanto Dallara como Abarth trabajaron en la evolución de este coche, que se caracterizó por ser muy veloz pero poco fiable. En 51 carreras, obtuvo trece pole positions pero tan solo tres victorias. La primera victoria llegó con motivo de la ronda italiana en Imola del campeonato europeo de resistencia, mientras que en el mundial se llevaron la segunda posición final, tras Porsche.
En 1984 y con buenos resultados mezclados con grandes decepciones, como las roturas de los dos coches que lideraban Le Mans, se llevaron un merecido doblete en Kyalami. Varias situaciones (como la caída de un arbol en medio de la pista de Monza o un toque entre los dos Lancia mientras lideraban en Brands Hatch) causaron que el equipo no se llevara los resultados que merecía, y su última victoria llegó en Spa, cuando la carrera se paró por respeto a Stefan Bellof. En 1986 un solo podio con el único coche que participaba (de nuevo por problemas económicos), fué lo mejor que se obtuvo. El equipo se retiró y los Lancia LC2 solo siguieron como coches para equipos privados hasta 1991. Lancia había decidido concentrarse en el mundial de Rallyes.
Lancia Delta S4 - Mundial de Rallyes
No era para menos, puesto que en 1985 Lancia estrenó el Lancia Delta S4, sucesor del también excelente (y precioso) Lancia 037. Aunque llevara el nombre "Delta", eso era básicamente cuestión de marketing, puesto que el S4 era una auténtica bestia. Con tan solo 890kg de peso y un motor de más de 560 caballos de potencia, el Lancia S4 era capaz de lo mejor. En una ocasión, Henri Toivonen probó el coche de rallyes en el circuito de Estoril, donde realizó un tiempo que le habría situado en sexta posición en la parrilla de salida del Gran Premio de Portugal de Fórmla 1 de ese mismo año. Esto significa que habría marcado un tiempo de 1:18.100 aproximadamente, por delante de pilotos como Nelson Piquet o Keke Rosberg, ¡con un coche de rallyes! Luego es cuando nos damos cuenta de que Piquet acabó subiendo al podio...
El Lancia Delta S4 "solo" obtuvo cinco victorias en el mundial de rallyes. La primera fué en su debut, en el RAC Rally de 1985, con Henri Toivonen. La última, en el Olympus Rally (Estados Unidos) de 1986, con Markku Alén, quien habría sido campeón de no ser por unas irregularidades en las verificaciones técnicas tras ganar el Rally San Remo. La FIA anuló el rally por considerar que las verificaciones técnicas a los participantes no se habían realizado de forma correcta, y al perder la victoria Alén (y Lancia un triplete), el título cambió de manos.
Desafortunadamente, la temporada de 1986 también vió el accidente de Henri Toivonen en el Tour de Corse, donde perdieron la vida tanto él como su copiloto, Sergio Cresto. Esto fué como una señal de alarma, y los coches del Grupo B fueron prohibidos a partir de la temporada de 1987, por razones de seguridad. Los monstruosos coches de esa época son una leyenda a día de hoy. Máquinas capaces de competir en los circuitos de la forma más veloz imaginable, pero corriendo por carreteras que podemos recorrer en el día a día. Es algo especial, irrepetible, con coches del calibre del Lancia Delta S4, por supuesto.
Lancia Delta HF Integrale - Mundial de Rallyes
El Lancia Delta HF Integrale es seguramente uno de los primeros coches de rallyes de concepción moderna, y en casi todos los aficionados al automovilismo y en particular a los rallyes, está grabada la espectacular imagen del Delta HF con los colores de Martini (¡o con los Repsol del Jolly Club de Carlos Sainz!) derrapando, saltando, y obteniendo grandes resultados. El famoso Delta HF venció en su debut en el mundial de rallyes y se llevó también el título con "Triple K", Juha Kankkunen en 1987. Pero lo mejor estaba aún por venir, como se suele decir, y en 1988 las cosas cambiaron para bien.
Entre los rallyes que contaban para el campeonato del mundo, Lancia los ganó todos menos uno, en el asfalto de Córcega, donde Didier Auriol ganó con el Ford Sierra Cosworth. Con Miki Biasion coronado campeón del mundo, esto era dos de dos para Lancia y su última arma. En 1989, Lancia pudo ganar de nuevo gracias a una primera mitad de campeonato estelar, aunque para la segunda mitad, Mitsubishi y Toyota se estaban poniendo las pilas y amenazaban el dominio de la firma italiana. Con los colores de guerra en forma de rojo Lancia, el Delta HF 16v debutó en San Remo en 1989, y Biasion se llevó una espectacular victoria.
Lo que sucedió en 1990 lo sabemos todos. Lancia tenía un coche superior, pero sus pilotos cometieron errores, y las victorias, repartidas entre sus integrantes, fueron suficientes solo para ganar el campeonato de marcas. En el de pilotos, Carlos Sainz consiguió imponerse con su Toyota Celica. En 1991, Lancia pudo recuperar el título de pilotos, manteniendo el de marcas. Cinco títulos de marcas seguidos, marcando un nuevo récord del momento, pero en 1992 Sainz volvería a ganar el título de pilotos con el nuevo Toyota Celica y un poco de fortuna en el RAC Rally. Lancia obtendría el sexto título de marcas seguido (récord que aún no ha sido batido) y después de un poco competitivo 1993, Lancia retiró el apoyo oficial. Aún seguirían compitiendo algunos Delta HF Integrale en 1994, con resultados más bien pobres.
Desde entonces, Lancia no ha participado en ninguna categoría a nivel internacional, y ciertamente se echa de menos la presencia de la marca italiana, de los colores de Martini que tanto evocaron durante esa década mágica para ellos. Una década que vió como, si Ferrari luchaba en los circuitos, Lancia era la marca italiana que dominaba en el mundial de rallyes, siempre con estilo. De forma merecida, Lancia tiene un lugar en la historia, tanto por sus victorias como por la belleza de algunos de los coches que han marcado su pasado. Esperemos que el futuro nos deje ver de nuevo a Lancia por las competiciones.
En Motorpasión F1 | Los coches de competición más bellos de la historia: Ferrari, McLaren, Lotus, Porsche