De cara a la temporada 2014, en Motorpasión F1 estrenamos una nueva sección. Cada gran premio, tanto en clasificación como en carrera, vamos a buscar la de cal y la de arena. Aquel piloto, escudería o momento que nos ha sorprendido gratamente o que por contra han sido la gran decepción.
De cara al Gran Premio de Australia, no hay que buscar demasiado ya que las sorpresas y las decepciones han sido unas cuantas. En el primer grupo hay que colocar a Daniel Ricciardo. El australiano ha respondido a las primeras de cambio. En su primer oportunidad al volante de un Red Bull, Ricciardo ha conseguido una magnífica posición. Un hecho que se magnifica si tenemos en cuenta que de los cinco primeros pilotos de la parrilla, él ha sido el único que ha optado por los neumáticos intermedios.
Además, Ricciardo ha conseguido batir a un Sebastian Vettel al que las banderas amarillas (y un problema de software) tras el accidente de Kimi Räikkönen le han perjudicado. Tras seis temporadas como piloto titular, la de hoy es la segunda ocasión en la que Vettel es batido en clasificación por su compañero en la primera carrera del año. Pero si mencionamos a Ricciardo, es justo hacer lo mismo con Kevin Magnussen. Lo vamos a mencionar someramente ya que el danés será protagonista de otro artículo de mis compañeros.
En el lado contario de la báscula, Lotus ha sido el auténtico fracaso del día. Por mucho que Pastor Maldonado diga que el Lotus E22 no va tan mal como parece. Pero como lo de Lotus era algo esperado tras los libres y la pretemporada, nos vamos a centrar en Kimi Räikkönen. El piloto finés parece estar enfadado con el Ferrari F14T y durante todo el fin de semana, sus trallazos han sido casi constantes. Y claro, si no dominas el monoplaza a la perfección, es lógico que cuando a la ecuación se le suma el líquido elemento, el resultado tenga malas consecuencias. Räikkönen no sólo se ha quedado fuera de la Q3 si no que ha acabado de la peor forma posible.
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