Este fin de semana el Mundial de Fórmula 1 hace su segunda parada del año en Sepang para disputar el Gran Premio de Malasia. El trazado malayo no tiene absolutamente nada que ver con el Albert Park australiano, y sin lugar a dudas va a ser la primera gran prueba de fuego para confirmar sensaciones de Australia, o bien para tumbarlas.
Pese a tratarse de un tilkódromo, el trazado de Sepang es uno de los más exigentes y completos del calendario a nivel de trazado. Por si esto no fuera suficiente, su emplazamiento le confiere unos condicionantes climatológicos que asustan, con temperaturas normalmente elevadas y una humedad extrema. No es de extrañar que físicamente sea considerada como una de las pruebas más duras para los pilotos, pues viene a ser algo así como pilotar metidos en una sauna para ellos. Por poner un dato sobre la mesa, en 2014 la pista llegó a marcar un pico de 51,7ºC.
La combinación de curvas de diferentes velocidades, largas rectas seguidas de fuertes frenadas, y una pista ancha en toda su longitud hacen que Malasia sea un trazado de lo más interesante para los pilotos, en el que pueden experimentar con diferentes trazadas y reglajes. Es lo que comúnmente se conoce como una pista "con ritmo", en la que es un auténtico placer ir enlazando curvas. Nada que ver con los más clásicos "stop and go" de Tilke.
El asfalto de Sepang es muy abrasivo, y es por ello que Pirelli ha optado por llevar al Gran Premio de Malasia los compuestos más duros de su gama: los medios y los duros. Parece complicado que en Sepang vayamos a ver estrategias a una única parada como sucedió en Australia (el año pasado el ganador hizo una estrategia a 3 paradas). Aunque en Australia no fue un factor, controlar la degradación de las gomas será algo a tener muy en cuenta en Sepang, y probablemente empecemos a ver qué equipos sufren más esta temporada cuidando las gomas. En especial habrá que tener bajo observación la delantera izquierda, que es la que más sufre las cargas laterales en este trazado.
También es muy posible que Malasia presente la primera ocasión de montar las gomas de lluvia, tanto las intermedias como las extremas, pues son de sobras conocidas las tormentas tropicales de la zona alrededor de las 4 de la tarde, hora en la que los coches estarán en plena carrera el domingo. Ser capaces de adaptar las estrategias a esas circunstancias puede ser determinante en carrera, y tener muy bien estudiados los puntos de "crossover" (el momento en el que conviene cambiar de goma de mojado a seco) es crucial. El que más acertado esté en esas decisiones, puede ganar un tiempo muy valioso.
Técnicamente, es un trazado complejo a nivel de reglajes, pues Sepang presenta en sus 5.543 metros una combinación preciosa de curvas de alta y baja velocidad y 2 larguísimas rectas, que hacen que la elección deba ser un compromiso a todos los niveles. La eficiencia aerodinámica en esta pista es de gran ayuda a la hora de tomar esas decisiones sobre qué niveles de carga aerodinámica escoger, pues además de tener un buen downforce, no se puede olvidar la velocidad punta en recta para defender posición y estar en disposición de atacar en las rectas. Además, no olvidemos que esta pista será especialmente dura para los motores, pues los que vayan más justos en refrigeración pueden pasar verdaderos apuros en las largas rectas a fondo con las altas temperaturas esperadas. Un poco de lluvia supondría un respiro para equipos como McLaren.
Sepang presenta muchas oportunidades de adelantamiento, pero personalmente me gusta mucho la primera curva a derechas. Es una curva muy ancha a la entrada que permite diversas trazadas, ala que se llega a más de 300 km/h justo antes de la frenada, y se va cerrando poco a poco hasta encontrarse enseguida con una curva de izquierdas muy lenta. Eso hace que sea incluso posible adelantar a un piloto posicionándose en el exterior de la curva 1 y atacando el vértice de la 2 con más decisión. Se suelen ver adelantamientos muy bonitos en ese punto.
Sin duda, Sepang es un circuito muy completo al que muchos pilotos señalan entre sus trazados favoritos, pese a la dureza física que les plantea. Por algo será.