Enésimo capítulo del culebrón Formula 1 del que estamos siendo espectadores durante este año. Si la pasada semana durante una reunión entre FIA y algunos representantes de equipos las posturas parecían acercarse. Poco después la FIA acusaba a alguno de los equipos no presentes de desestabilizar la situación.
Durante aquella reunión se habló de la normativa técnica para 2010, del apoyo a los nuevos equipos, prolongar el actual Pacto de la Concordia y la reducción de costes. A pesar de que los puntos son variados y en ellos están gran parte de las diferencias que hay entre unos y otros, parecía existir un principio de acuerdo entre FIA y FOTA.
Pero nada más lejos de la realidad. La FIA ha mostrado que está de acuerdo con algunas de las propuestas presentadas pero un rotundo no a otras. Ambos consideran adecuado un tope presupuestario de 100 millones de dólares para 2010 e ir bajando esa cifra en años posteriores. No definir la cifra de los años posteriores es algo que la FIA no está dispuesta a tolerar.
Por otro lado, una de los condiciones de la FOTA para firmar el nuevo Pacto de la Concordia es que el actual gobierno de la FIA cambie. En pocas palabras. Fuera Mosley. Y claro, a Mosley eso no le ha gustado y afirma que con el 19 de junio como límite no hay tiempo para hablar de este tipo de cambios. En este punto, los equipos han recibido el apoyo de la Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA) que también considera necesario el cambio. Otra invitación más para que Max Mosley abandone la casa.