El pasado martes, era Luca Cordero Di Montezemolo el que parecía pagar atacando al Gran Premio de Singapur la decepcionante demostración de la Scuderia. Las declaraciones del presidente de Ferrari acerca de la genial carrera que vivimos en Singapur fueron de las pocas que no alavaron el espectáculo presenciado: "Desgaciadamente, cuando corremos en circuitos donde sería mejor montar un circo o alguna otra cosa, puede pasar cualquier cosa, porque el espectáculo lo pone el Safety Car. Esto es humillante para la Fórmula 1".
Bueno, es lógico que alguien tenía que tener la culpa de lo sucedido en Singapur, y le tocó pagarla al circuito. Pero sentenció sus declaraciones con un optimista: "Nuestro coche es el mejor, Massa es el mejor, y espero que Raikkonen demuestre en las tres próximas carreras porqué es el campeón del mundo". Y al parecer, Montezemolo no es el único optimista en la Scuderia, pues Stefano Domenicali declaró sin tapujos que hay que hacer un doblete en las tres carreras que faltan. Personalmente, siempre he pensado que este tipo de declaraciones acostumbran a llegar cuando empiezas a no creértelo.
Parece que lo sucedido el año pasado hace que en Ferrari no den todavía por perdido el título (porque realmente no lo está), pero hay algo que debería preocupar en la escudería italiana: Lewis Hamilton parece mucho más centrado que la temporada pasada, y McLaren no cometerá el mismo error dos años seguidos. Que Lewis no atacara a Nico Rosberg en Singapur con la calculadora activada (pues sí, va a ser que Hamilton también tiene calculadora este año), es algo muy sintomático. Y, por el contrario, en Ferrari las cosas no parecen ir sobre ruedas, e incluso ya hay quien empieza a buscar culpables dentro del box.
Lo único que realmente espero, es que podamos vivir esta bonita lucha hasta Brasil, y allí, que gane el mejor.
