No deben haber ido demasiado bien las cosas en el Renault del piloto español cuando al finalizar la sesión clasificatoria, Alonso ya no escondía en absoluto que a lo mejor no les iría tan mal la lluvia en la carrera de mañana, pues tenían "mucho que ganar y poco que perder".
Después de sacarse una vuelta magistral de la manga cuando la Q2 llegaba a su fin, bajando por primera vez en todo el fin de semana del 1:16, entraba por los pelos en la definitiva Q3, pero ni esa vuelta podía esconder la falta de grip y tracción de la que Fernando se quejaba en los boxes. No hay más que ver el desastroso resultado de Nelsinho, 17º y eliminado a las primeras de cambio.
Al final, en la Q3, Alonso sólo se vio superado por un piloto que no iba a los mandos de uno de los tres grandes (Heidfeld a parte, que cayó en la Q2), el Williams de Nico Rosberg, y esa séptima plaza le permitirá salir mañana por el lado limpio de la parrilla... si no está toda la parrilla mojada, claro.
El rival a batir en la carrera de mañana será el propio Rosberg, y muy probablemente Trulli y los dos Red Bull, que apuntan a ir muy cargados de combustible. La duda será ver si Fernando irá a una o a dos paradas, pues el gran peligro en Mónaco es verte atrapado detrás de pilotos a una parada al salir de tu primer pit stop, en caso de ir a dos.
Números en mano, todo apunta a que Alonso irá a dos paradas, con una primera parada más tardía que los líderes, aunque en Mónaco se puede readaptar la estrategia a una en función de como vayan las cosas.