Teniendo en cuenta las difíciles condiciones de pista en el Gran Premio de Malasia, el cuarto puesto de Fernando Alonso sabe a gloria para el asturiano. A la lluvia hubo que sumar el incidente que tuvo con Daniil Kvyat en la Q2 y que perfectamente le podía haber costado el quedarse apeado de la Q3. Pero gracias al magnífico trabajo de sus mecánicos (súper según sus propias declaraciones), pudo volver a pista, clasificarse y firmar un buena segunda línea.
Arrancó el asturiano sin muchos problemas en la Q1, con una buena estrategia de neumáticos (intermedios) que le permitió pasar sin dificultades a la Q2. Pero luego todo se torció. Ferrari, en un error de previsión decidió sacar a los dos monoplazas con neumáticos intermedios cuando todo el mundo estaba en pista con extremos.
Además, el no percatarse de la llegada del Toro Rosso por detrás propició el toque que dejaba el Ferrari con parte de la suspensión (creemos que más bien la barra de la dirección) rota. Bandera roja y un cambio exprés de piezas en poco más de tres minutos le permitieron volver a pista y pasar a la Q3.
En la sesión definitiva, las aguas volvieron a su cauce (metafóricamente hablando). Sin incidentes y con una magnífica estrategia de nuevo de neumáticos ya que estrenaron el último juego de extremos al principio de la sesión en previsión de que luego empeoraría el tiempo, como así fue, le permitió tener virtualmente y hasta que Nico Rosberg se la arrebató, la tercera plaza. Incluso a pesar con los problemas tras el toque que le dejaron el coche bastante tocado en cuando a la dirección.
Con todos los problemas por detrás en parrilla, y con los Mercedes en otro mundo, mañana una buena salida puede condicionar una magnífica posición a final de carrera. Veremos si la mecánica aguanta y no hay problemas como en Australia.
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