Mika Häkkinen ha vuelto, o más bien podría volver a la competición. No a la Formula 1, como otros, sino a competiciones de resistencia de la mano de Mercedes. El finlandés ha sido fiel a la marca desde sus años dorados en la Formula 1, con sus títulos de 1998 y 1999, con su experiencia en el DTM y como embajador de la marca.
Yo siempre he simpatizado con el soso piloto finlandés. Rectifico, soso no, parco en palabras. Siempre ha ido al grano y esa característica que además lo hace simpático ha sido quizás su único punto flaco en la Formula 1: su incapacidad de comunicar a los ingenieros le privó de mayores éxitos. Eso y la poca fiabilidad de los McLaren Mercedes de los años ’98 y ’99. a partir de 2000.
Se me ocurre que tengo material de sobra para hacer una retrospectiva sobre Mika Häkkinen, así que no me voy a enrollar hoy. Los pilotos finlandeses y su vida y filosofía son apasionantes, y la de Mika no lo es menos. Es un piloto con un talento bruto inmenso, unas dotes innatas para la conducción que deberían ser la envidia de muchos, pero que adolecía de dos cosas que podrían haberlo encumbrado todavía más en la F1: habilidad política y capacidad de comunicación con sus ingenieros.
Y pese a ello, es uno de los pilotos más de mi gusto por la pureza de su conducción, por su forma de afrontar la vida, y porque es rápido, muy rápido. En este vídeo (en inglés) se desgranan las próximas probables etapas de su carrera deportiva.
Vía | Mercedes GP
