Hoy, el circuito de Spa-Francorchamps ha acogido el Gran Premio de Bélgica, el primero tras el habitual parón veraniego. Y si hace un mes nos marchamos con la victoria de Daniel Ricciardo, la segunda de la temporada para los el australiano de Red Bull, hoy Ricciardo ha vuelto a hacerse con el primer escalón del podio.
Pero si hay algo que decir es que en Mercedes AMG la guerra civil es ya una realidad. Un toque entre sus pilotos en los primeros compases de carrera se convirtió en el momento más importante de la carrera.
Las opciones de Lewis Hamilton se fueron a pique ya que con un neumático destrozado tuvo que vagar hasta los boxes durante casi toda una vuelta regresando a pista en los últimos puestos y con un coche dañado. Por su parte, Nico Rosberg tuvo que cambiar su dañado alerón delantero perdiendo un tiempo muy valioso que le haría aspirar tan sólo a la segunda posición.
El tiempo perdido en boxes también hizo que Fernando Alonso tuviera un gran premio bastante gris con una pobre octava plaza. Su coche se negaba a arrancar a pocos instantes de comenzar la vuelta de calentamiento y era sancionado con un stop and go de cinco segundos que cumpliría en su primer pit-stop. Un tiempo valiosos que acababa con sus opciones de podio.
Con el cero de Lewis Hamilton y los 18 puntos de hoy de Nico Rosberg, el alemán se distancia al frente de la clasificación con 29 puntos de ventaja. Quizás lo más curioso es que a pesar de la diferencia evidente en los monoplazas, Daniel Ricciardo está a tan sólo 35 puntos de Hamilton.
En dos semanas, la última cita europea de la temporada, el Gran Premio de Italia en otro de los míticos trazados del calendario, Monza. Una cita en la que sin lugar a dudas, los monoplazas propulsados por motores Mercedes-Benz partirán con una gran ventaja que debería tener como resultado un doblete de Mercedes AMG. Pero si tenemos en cuenta que en los últimos grandes premios Rosberg y Hamilton se las tienen tiesas, quizás sea demasiado decir.
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