Cuántas veces habéis visto esta pregunta en foros de coches. ¿Qué me compro, un diésel o un gasolina? ¿Qué anda más, la versión diésel o la gasolina? Pues ahora somos nosotros los que os hacemos la pregunta. Si estuviese en vuestra mano ir al Dakar, qué elegiríais: ¿un modelo diésel o uno de gasolina?
Pues ya os sacamos nosotros de la duda ya que absolutamente todos los participantes y expertos se decantan por los petroleros como los vehículos más recomendables para realizar la considerada carrera más dura del mundo (y este año lo está siendo). A su favor el par motor, muy superior a los de gasolina gracias a su motor de tres litros. El inconveniente, la fragilidad mecánica, según cuenta Bern Wellmann, ingeniero de proyecto Ford Ranger.
Si mi presupuesto fuese ilimitado, habría elegido el diésel. De hecho, el par que ofrecen los diésel de 3 litros con turbo es una barbaridad, al contrario que los motores de gasolina, que presentan una aceleración más bien lineal. La ventaja se ve en todos los terrenos y es mucho más decisiva que la potencia pura. Ahora bien, el inconveniente es que se trata de una tecnología extremadamente cara debido a su fragilidad. Al final, para evitar el riesgo de avería en una competición como el Dakar, hay que cambiar sobre todo los inyectores cada dos o tres etapas, lo que dispara los costes de explotación. En cambio, nuestro V8 de 5 litros de gasolina es más sencillo y robusto, y en situaciones normales no habría que tocarlo en absoluto a lo largo de la carrera. Por esa razón, la gasolina es ante todo una elección económica
Glyn Hall, el director del equipo Imperial Toyota que quedó segundo el año pasado con Giniel De Villiers también lo tiene claro:
Es verdad que la reglamentación actual favorece más a los motores diésel que a los de gasolina, porque la brida de admisión es más pequeña. Si hubiese tenido elección, me habría decantado por un motor diésel, pero aunque el Dakar es una competición muy importante para Toyota, también lo es el campeonato todoterreno sudafricano, que al fin y al cabo Sudáfrica es el primer mercado mundial de pick-ups. Lo que pasa es que los diésel están prohibidos en ese campeonato… Nuestra motorización de gasolina juega ahí en nuestra contra. Por eso decidimos cambiar al motor de la gama Toyota que mejores prestaciones ofrece, pero sobre todo hemos trabajado muchísimo en el chasis y en las suspensiones para compensar.
No está de más echar también un vistazo a lo que dice Stéphane Peterhansel, último piloto en vencer con una motorización de gasolina en la edición 2007 del Dakar y que acumula dos victorias posteriores a los mandos del Mini diésel.
Al principio, lo que llama la atención del diésel es que el motor ofrece toda la potencia muy rápido a bajas vueltas y hace falta aguantar ese régimen para sacarle el máximo partido, mientras que, por regla general, en un motor de gasolina se mantienen altas las revoluciones. Hay que acostumbrarse, pero pilotas unas cuantas horas y listo. Después, el par de los diésel es un plus enorme frente a los de gasolina, en especial en nuestro ámbito, donde el par motor es primordial. La ventaja se mantiene en cualquier tipo de terreno, así que, aunque el reglamento evolucione, para mí, a día de hoy, el motor diésel sigue siendo el arma definitiva para ganar.
Vía | Dakar