El año 2020 está marcado en la agenda de todo fabricante de coches. Ese año marca una de las citas para la consecución de objetivos en el ámbito de las emisiones. En el caso de Ford, 2020 se saldará con 13 variantes eléctricas en su catálogo, sin que por el momento se haya concretado si esto supondrá la eclosión de nuevos modelos o la adaptación de los ya existentes. En cualquier caso, Ford contará con un 40 % de modelos eléctricos, frente al 13 % que tiene hoy.
La medida se financiará con una inversión paraguas de 4.500 millones de dólares (unos 4.100 millones de euros), destinados en parte a este fin, pero también a otros ámbitos de modernización de la marca en el terreno del marketing. Y, al fin y al cabo, se trata de una actuación que tiene su origen en el ya lejano 2011, cuando la marca del óvalo azul presentó en casa, en el Salón de Detroit, su primer Focus Eléctrico. Un modelo que, con todo, nunca acabó de despegar.
Precisamente el Ford Focus Eléctrico será uno de los modelos que primero recibirá una actualización, después de la presente generación, que arrancó su vida comercial en 2013. Llegará en 2016 salvando uno de sus problemas clave: traerá recarga rápida y más autonomía. Hasta ahora sólo era posible cargarlo con 32 A de intensidad a 6,6 kW de potencia, lo que elevaba el tiempo de recarga a cuatro horas. Con la actualización, el Focus se asimilará a otros modelos de la competencia, al posibilitar la recarga de un 80 % de las baterías en tan sólo media hora.
Por su parte, la autonomía del nuevo Ford Focus Eléctrico pasará de los actuales 122 kilómetros en ciclo homologado NEDC a más de 160 kilómetros según ciclo EPA, lo que a efectos de comparación situaría la franja de la autonomía teórica más allá de los 200 kilómetros. ¿Y esto por qué es importante? Pues porque con esta actualización, por fin Ford comienza a superar uno de sus problemas actuales: el retraso en el desarrollo de coches híbridos y eléctricos.
Ford, a remolque de la eclosión eléctrica
En el catálogo actual de Ford, encontramos versiones eléctricas, híbridas o híbridas enchufables (lo que genéricamente se denomina PHEV, del inglés Plug-In Hybrid Electric Vehicles) para cuatro de los modelos que se comercializan. Ford Focus, Ford Fusion, Ford C-Max y Lincoln MKZ son los modelos en los que el fabricante de Dearborn ha experimentado hasta la fecha la manera de reconvertir su know-how en algo adaptado a los tiempos que corren. El Ford Mondeo Hybrid se unirá pronto a este catálogo, que será creciente a la fuerza.
¿A qué fuerza? A la que impone China, el principal mercado automovilístico del mundo. El país asiático atraviesa desde hace años una enorme crisis de contaminación, de la cual Pekín se ha convertido en su último exponente con alertas naranja y roja por esta cuestión. De hecho, China lleva meses discutiendo por su futuro en materia de automoción. Y, con su futuro, viene el futuro de los fabricantes de automóviles, por la cuenta que les trae.
Así, Ford ha pasado a la acción por imperativo legal, cuando sus principales competidores le llevan ventaja. La alianza Nissan Renault en materia de eléctricos dio la campanada en su momento, Toyota lleva desde 1997 apostando denonadamente por la hibridación, Hyundai ha puesto toda la carne en el asador, incluso el Grupo Volkswagen, que tradicionalmente ha fundamentado su crecimiento en las tecnologías TDI, buscando incluso reemplazo para el gasóleo para aprovechar su experiencia, se ha unido al futuro híbrido y eléctrico. En este sentido, Ford viaja a rebufo eléctrico. Veremos qué futuro les aguarda.