No es ningún secreto que FCA lleva un largo tiempo dando bandazos empresariales de muy diversa índole, pero con un elemento en común: el declive de un grupo automovilístico que fue creciendo a impulsos sin una base estructurada. Sumar por sumar, y patada a seguir: esa parece haber sido la política de Sergio Marchionne en los últimos años. La próxima independencia de Ferrari no es sino la confirmación del rumbo errático de Fiat Chrysler Automobiles.
Los casos de Alfa Romeo, Lancia y la misma Chrysler son algunos ejemplos de esta forma de actuar. Marcas que de alguna forma sobreviven —o ni eso—, mientras se escucha a John Lennon cantar aquello de que la vida es lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes... si es que en verdad hay algún plan de futuro cierto en FCA más allá de la venta de Ferrari.
En la actualidad, FCA se compone de:
- Abarth
- Alfa Romeo
- Chrysler
- Dodge
- Ferrari
- Fiat
- Fiat Industrial
- Fiat Professional
- Jeep
- Lancia
- Maserati
- Mopar
- RAM
- SRT
... y puede que parezca que tal desparrame de marcas no tiene sentido, aunque la gran mayoría de ellas podrían encajar en este puzzle si se establecieran claramente los papeles de cada una, con un catálogo realmente nutrido que diera sentido a cada una de las marcas por separado, para lograr un grupo automovilístico fuerte, no una simple unión atemporal de empresas con marcas que apenas trabajan un par de modelos con una infinidad de ediciones y reediciones para estirar el chicle.
Puede parecer que no tiene sentido, o puede tener todo el sentido si se apuesta por reforzar el grupo, no por debilitarlo aún más. ¿Qué se logrará con la marcha de Ferrari, aparte de liquidez? Se dejará a Maserati sola en el terreno del lujo, pero sin una vertiente claramente deportiva, y eso será mientras Maserati, que ahora vive su momento dulce, forme parte de FCA, que todo está por ver.
Ferrari no es la primera marca que anuncia su escisión de FCA. Hace unos meses se rumoreaba que Alfa Romeo podría ser independiente, lo que acabaría con la deportividad de FCA que en otro nivel económico podía aportar el Alfa Romeo 4C, un coche con recorrido para el que la marca ya concibe versiones más radicales. Aunque, claro, siempre les quedará Abarth.
Si este rumor no se cumpliera, y si Alfa Romeo continuara en FCA, la venta de Ferrari supone de todas formas una pérdida indirecta para la marca fundada en 1910 en Milán. Sin un hermano mayor del que presumir, la marca se pierde el atractivo de poder incorporar elementos de Ferrari y de esta manera conseguir lo que cualquier marca normal busca en el mundo: obtener rentabilidad a base de vender caro lo que en realidad es puro valor añadido por la vía pasional.
Tal y como recuerdan nuestros compañeros de El Blog Salmón, no sería la primera vez que Ferrari sirve como argumento de venta en el grupo. El Lancia Thema 8.32 ya se benefició del privilegio que daba a la casa tener il cavallino de los huevos de oro. Sin Ferrari, esa alternativa se pierde también.
¿A qué se dedicará FCA de ahora en adelante? Lo primero es considerar si la C de FCA seguirá por mucho tiempo integrada en el grupo automovilístico. Ya sabemos que los planes europeos difieren de los planes de la firma norteamericana. Quizá los próximos en abandonar el Titanic de la automoción sean estos músicos que hace tiempo que apenas tocan un instrumento en nuestro mercado.
Sin una apuesta clara por segmentar el grupo de manera adecuada, asignando a cada marca un papel y haciendo hincapié en maximizar las ganancias con productos dirigidos a quienes se los pueden permitir sin problema, FCA no parece prometer un gran futuro. A no ser que a alguien de la marca Fiat se le vaya ya la olla por completo y decida que este puede ser un gran momento para disfrutar del Fiat 500 LaFiat.
En El Blog Salmón | Ferrari será independiente de Fiat